Un Día de la Militancia de película
Se proyectó por primera vez para el público Néstor Kirchner, la película. Hubo alfombra roja y también banderas de agrupaciones kirchneristas. La Presidenta envió un video en donde agradeció a la directora Paula de Luque.
Cine y política, alfombra roja y banderas, glamour y militancia convivieron anoche en el estadio Luna Park en el preestreno de Néstor Kirchner, la película. Por unas horas, el tradicional escenario del centro porteño se transformó en un cine, donde se proyectó por primera vez para el público (en paralelo a otra première en un microcine de Río Gallegos) el documental sobre el ex presidente que dirigió Paula de Luque. “El acto de esta noche y la presentación de la película significan una gran alegría. Nos llena de entusiasmo y, como decía el poeta, ‘la muerte prueba que la vida existe’”, señaló a Página/12 el diputado bonaerense Fernando “Chino” Navarro, factótum del film, antes de ingresar a la sala. Previo a la proyección hubo un breve número musical y un video donde la misma presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo un comentario sobre la película a través de un video filmado horas antes desde Santa Cruz.
“La escena del documental que más lo define a él es aquella en la que, siendo gobernador de Santa Cruz, sale en medio de la nevada a recorrer los barrios más humildes y termina empujando un auto en la nieve”, se emocionó la mandataria en el mensaje grabado en el escritorio que pertenecía a su marido. “Quiero agradecerle a Paula por la mirada que tuvo sobre Néstor y la forma de expresarlo”, indicó la Presidenta, que destacó particularmente el tratamiento que le dio a la escena de la muerte de Néstor Kirchner, dando detalles sobre el final de la película, acción poco ortodoxa, pero que fue tomada con gracia por un público a todas luces cautivo.
La platea alojaba a los 400 invitados especiales, que celebraron un cóctel previo a la función, y que –vestidos de gala– contrastaban con los cerca de tres mil militantes que ocuparon el pullman y las populares, pero bastó que alguien empezara a cantar la marcha para derribar las barreras. El reparto de remeras alegóricas con el rostro de Kirchner también igualaba a unos y a otros. Sin bombos, y con menos banderas que en actos políticos, las agrupaciones (La Cámpora, Kolina, La Corriente Martín Fierro, el Vatayón) se las arreglaron de todas formas para ubicar sus trapos en las tribunas.
Un rato antes, mientras los invitados iban acercándose al Luna Park, algunos compraban pines o remeras en puestos improvisados en la vereda y otros hacían fila para ingresar al microestadio, por el corralito instalado la esquina de Lavalle y Bouchard (estratégicamente ubicado junto a dos containers de basura que aromatizaban el momento) pasaban los VIP por la alfombra roja: una escena como sacada de los Oscar, en la que funcionarios, dirigentes, empresarios y figuras de la cultura y el espectáculo transitaban el pasillo formado por fotógrafos y periodistas, sonreían para la instantánea junto al cartel e ingresaban a la carpa a beber un trago.
Por allí pasó el gobernador bonaerense Daniel Scioli (que llegó junto a su amigo, el empresario de la carne Alberto Samid) y sus pares Jorge Capitanich (Chaco) y Sergio Urribarri (Entre Ríos), Juan Manuel Urtubey (Salta); el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el diputado Agustín Rossi y prácticamente todo el gabinete nacional (el jefe de Gabinete, Juan Manuel Anal Medina; la ministra de Industria, Débora Giorgi; la ministra de Seguridad, Nilda Garré, entre otros). El titular de la Afsca, Martín Sabbatella, llegó codo a codo con el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, quien ocupara ese rol cuando se dictó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Los periodistas aprovecharon para hacer varias preguntas sobre el 7D.
“Venimos a ver esta película que seguramente será tierna y emocionante y la veremos con todo el corazón, más allá de la tristeza”, señaló la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, antes de ingresar. Una vez adentro, Madres y Abuelas fueron recibidas por el canto unánime de toda la concurrencia. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, por su cuenta, señaló: “Vengo con la expectativa de ver la historia de alguien que nos marcó a todos, porque dejó atrás políticas de ajuste y nos hizo reencontrarnos con la idea del compromiso y la solidaridad.”
Antes de la proyección, hubo un breve acto. De maestro de ceremonias ofició Carlos Polimeni, que no le tomó el ritmo a un público que lo interrumpía con gritos del estilo “¡Viva Néstor!” o espontáneos arranques de canciones. Un breve número musical fue la excusa para presentar en vivo a uno de los protagonistas del documental: el violinista jujeño Facundo Nolasco, a quien Kirchner en 2004 le regaló el instrumento que necesitaba para estudiar y que, acompañado de Lito Vitale y Víctor Heredia, interpretó dos canciones del cantautor. Después de eso vino la “crítica cinematográfica” de CFK, se apagaron las luces y comenzó la función. (Fuente Página 12).