Gilberto Alegre se refirió al discurso de la presidenta en la apertura de sesiones
«Fue un discurso que dejó muchas dudas de gestión, en que solo pretendió darse una imagen de éxito que la mayoría de la sociedad no comparte», dijo, entre otras cosas el Diputado del Frente Renovador.
El sábado 1º de marzo tuve la oportunidad de asistir, por primera vez en mi carrera política a uno de los actos más importantes de la vida democrática de un país, que es la Apertura del período de Sesiones Ordinarias del Congreso de la Nación, donde la Presidente debe exponer ante los representantes del pueblo y de las Provincias, el trabajo realizado en el año anterior y lo que se propone realizar en el presente ejercicio.
Agradezco a todos mis compañeros del Frente Renovador, especialmente a los Diputados Sergio Massa y Darío Giustozzi, quienes me invitaron para representar al bloque que integro, en el comité que recibiría a la Sra. Presidente en su ingreso al recinto de la cámara de Diputados, donde dirigiría su mensaje ante los legisladores reunidos en asamblea. Como Diputado fue un orgullo y sentí una enorme satisfacción poder cumplir esa función protocolar. Soy un hombre de la democracia y para mí las instituciones tienen un valor supremo.
Afortunadamente, el acto se desarrolló en el marco de mucho respeto, lo que le da un valor adicional, más cuando venían precedidos de comentarios de que podrían generarse actos de violencia ocasionados por barras pertenecientes al oficialismo. Eso no ocurrió. Sí podemos criticar que todos los palcos fueron ocupados por jóvenes militantes de distintas agrupaciones del oficialismo y que no se distribuyeron invitaciones para que pudieran participar de este acto, otros ciudadanos, aunque no tengan la misma visión que el gobierno. Entiendo que esto es una falta enorme a los valores de la democracia, porque el sistema pertenece a todos y no solo al que gana las elecciones o tiene mayoría de legisladores.
No obstante, hay mucha tela para cortar. Hay cosas que merecen destacarse como positivas y otras que son absolutamente inexplicables, como cuando desde los grupos de seguidores y desde las bancas del oficialismo, comenzaron a vivar y aplaudir a la Presidente en un determinado momento de su mensaje, cuando dijo que la Argentina tiene reservas de petróleo y gas para muchos años. Lo que estaban aplaudiendo es el recurso del país, no una acción del gobierno. La acción de gobierno hubiera sido que esos recursos que tenemos y que son incalculables, se estuvieran explotando para que hoy padeciéramos menos problemas. Si hay reservas de gas y petróleo, es grave que no lo estemos aprovechando, que el gobierno no haya realizado las acciones necesarias para resolver esa problemática y esto no es para aplaudir, sino para criticar.
No vi un discurso que tuviera por objeto explicarle a la Nación que fue lo que pasó en el año 2013 y hacia adónde vamos en el 2014. Creo que fue un discurso que tiene mucho que ver con el relato que la Presidente mencionó al inicio en un tono jocoso, descalificando a quienes dicen que este gobierno ha obtenido pocos logros y que la mayoría es producto de una creación intelectual. Pero la verdad es que en su exposición no habló de su gestión del año que pasó y de lo que pensaba hacer, sino que comparó índices de los últimos 10 años, como para mostrar que la Argentina que administraron ha crecido mucho, pero debió haber comparado los años 2012 y 2013 para ver cómo vamos avanzando o si estamos retrocediendo. Eso no se pudo ver casi en ninguna de las exposiciones que hizo la Sra. Presidente. La comparación se realiza con una época muy difícil de la Argentina y lo que se pretende demostrar es que con relación a entonces, los méritos han sido maravillosos.
Pienso que hubiera sido importante explicar los problemas que viene aquejando a nuestro país, como la fuga de divisas, la escalada de precios, los problemas de sospecha de corrupción de algunos funcionarios y la lentitud en la investigación de estos casos.
Por otro lado, se atribuyó méritos que no son del Gobierno, como es el aumento de la producción agropecuaria que aún con políticas que no favorecen la inversión, se han logrado superar año tras años los volúmenes de cosecha, principalmente de soja. No así la producción de trigo, que en la campaña anterior y producto de las malas políticas, se implantó un área similar a lo que se sembraba hace 100 años, haciendo que el trigo se pagara en nuestro país a valores superiores al resto del mundo. Estas malas políticas hicieron que la argentina perdiera más de diez millones de cabeza de ganado en los últimos diez años, que Paraguay exporte más carne vacuna que la Argentina o que nuestra producción láctea permanezca estancada. De estos índices no se habló.
Si ahora se sembrara mucho trigo sería muy saludable para el país por el precio de la harina, del pan y por los ingresos que podrían significar en divisas por las exportaciones, pero el gobierno no ha tomado ninguna medida y en los próximos meses se definen las áreas a sembrar. En el tema de las carnes se están aplicando otra vez controles a las exportaciones, lo que hace desestimar cualquier proyecto de inversión a futuro porque los productores no advierten señales que permitan visualizar un cambio de políticas hacia el futuro inmediato. Estas son las cuestiones cotidianas que el país necesita saber y que el discurso no reflejó.
Tampoco hizo mención al problema grave de la inflación y la devaluación. La Sra. Presidente no mencionó absolutamente nada. Destaca su programa de precios cuidados y responsabiliza de la inflación o del aumento de precios a los empresarios. Denuncia que toda la culpa es de los demás y no visualiza que las políticas que maneja el gobierno como la emisión de dinero, el gasto público y el cepo cambiario y el cierre de las importaciones entre otras y que contribuyen a aumentar la inflación. Estos problemas no fueron aludidos en el discurso.
Argentina tiene una inversión importante en educación y sin duda es un logro del gobierno pero la calidad educativa no es buena y hemos descendido mucho si nos comparamos con países con los cuales tradicionalmente hemos estado muy por arriba en ese índice. Y esto es malo para el futuro de nuestra patria. Aquí debemos destacar que las políticas aplicadas no han dado los resultados esperados para corregir la calidad educativa que nos permita visualizar un cambio de tendencia. Este es otro de los grandes temas pendientes. Captar alumnos para que regresen a las aulas sin duda es un buen programa, pero también se debe poner todo el esfuerzo en mejorar la calidad.
Hay que reivindicar y acompañar el programa Procrear porque de alguna manera, es una corrección a las políticas que se llevaban adelante con el programa Sueños Compartidos, que resultó una tremenda defraudación para la gente, para el Estado y para los organismos de derechos humanos y que debemos reclamar enfáticamente para que se esclarezcan los destinos de los fondos asignados y todos los involucrados paguen según sus responsabilidades.
En el tema de inversiones públicas la Sra. Presidente mencionó cuantiosas inversiones en obras y enumeró algunas, pero la sociedad que transita lo cotidiano, ve y sufre que cuando hace calor no hay energía eléctrica, cuando hace frío no hay gas (pese a las cuantiosas reservas), que no tenemos rutas, ni autopistas, ni ferrocarriles necesarias para el aumento de la producción y del consumo. En mi caso, que vivo en una de las zonas más ricas del país, las comunidades de nuestro partido no cuentan con gas natural ni energía eléctrica suficientes y en consecuencia, las industrias no se radican en nuestra zona y algunas que están asentadas, debieron trasladar parte de su actividad y proyectos a otra región con gas natural, llevando la materia prima desde nuestros campos. La falta de energía eléctrica hace que tengamos problemas para la radicación de industrias en nuestro parque industrial. Nuestra región debería estar interconectada con energía que viene del Chocón, y hoy se suplementa la falencia con una planta de energía térmica.
Sin embargo, el mayor déficit para nuestra región es la falta de agua potable. Tenemos déficits estructurales muy grandes y vivimos en una de las zonas más ricas y productivas del país y no hay políticas de Estado que estén destinadas a paliar todas estas situaciones, ni proyectos a largo plazo que hagan prever que con los recursos que produce nuestra región, como por ejemplo, las retenciones a la soja, se resolverán con el tiempo.
Tampoco se han concluido las obras reguladoras del rio Salado, por lo que en cuanto tenemos fenómenos de lluvias intensas, los campos de anegan con cuantiosas pérdidas para los productores y para el país.
En esta instancia, la Sra. Presidenta hizo alusión a que antes alcanzaba la energía que se producía porque no había demanda. Destacó que ahora todo el mundo tiene aparatos de aire acondicionado, heladeras, electrodomésticos que antes no poseían y se adquirieron por el boom de nuestra economía y en consecuencia, la mayor demanda hace que la energía producida no sea suficiente. Lo que se omite es hablar de la imprevisión. Si después de 10 años de gobierno no se visualizaron las consecuencias de tanta demanda, obviamente hablamos de una mala gestión. Lo mismo sucede si no previmos que más producción necesariamente requeriría más transporte, más autos necesitarían más autopistas y mejores rutas, más años para renovar el parque ferroviario y transporte público. Si nada de esto sucedió, estamos ante una mala gestión.
La Presidenta comparo nuestro país con el resto de América latina y hasta con Estados Unidos de Norteamérica para demostrar las bondades de nuestro país. En salud, cantidad de médicos, consumo de gaseosas pero omitió hablar de nuestro retroceso en la exportación de carnes y en nuestra calidad educativa.
Fue un discurso muy político, con algunos grados de aciertos como el tema docente y las discusiones salariales. Hay que tratar de mejorar el tema del ausentismo que afecta en gran medida a los presupuestos provinciales por el aprovechamiento abusivo del Estatuto del docente. Esto hay que corregirlo, sería saludable para las finanzas y para el personal que cumple y se esfuerza, y aportaría a la mejora de la calidad educativa.
Fue también muy acertado el hecho que citara como un problema, la situación que generan los piquetes y los cortes de rutas y calles que afectan a la sociedad en su conjunto. Al menos lo mencionó como un tema a tratar y al que hay que buscarle una solución.
Anunció el envío del anteproyecto de reforma del Código Penal. Los fundamentos realmente son buenos, porque nuestro Código ha sido modificado por circunstancias políticas que han hecho que quedara totalmente desajustado y por la presión de un determinado momento, aparecen hechos como delitos con mucha pena y otros, de mayor gravedad han quedado con penas menores. Pero de ninguna manera se puede utilizar como válido este argumento, para sancionar un Código que termina disminuyendo las penas y que permitirá dejar en libertad a la gran mayoría de los presos, aun de los más peligrosos.
No podemos avalar por ninguna circunstancia, y en una situación como la que está viviendo nuestros vecinos de mucha inseguridad, que se reforme el Código Penal que terminará dejando en libertad a muchos presos peligrosos y que elimina la figura de la reincidencia. Hay un montón de situaciones que son incomprensibles para el momento que vivimos. Nuestra patria está atravesando un proceso de pérdida de respeto por la ley y debemos poner mucha fuerza en el manejo de las instituciones, del derecho y la justicia para poner a todos en el lugar que corresponde: los ciudadanos circulando sin miedo por las calles y los delincuentes presos. De lograrse la sanción de este código, automáticamente se abrirían las puertas de las cárceles.
Por esta razón, no me pareció apropiada la referencia que se hizo acerca de los jueces y de la justicia, y si bien la nuestra no es una justicia diligente a la cual la sociedad también le haría reclamos, seguramente los mismos serian en una dirección distinta a la que exige la Sra. Presidente.
Necesitamos una justicia fuerte, independiente, respetada por todos que nos de estabilidad jurídica, que proteja a todos los individuos e instituciones privadas antes los avances del estado.
Tampoco se habló de la oficina anticorrupción, no se habló absolutamente nada del blanqueo de dinero, ni de narcotráfico.
En el tema institucional, creo que la Compañera Cristina cometió un error de evaluación difícil de entender para un peronista. En esta posición todos debemos hacernos cargo de nuestros errores, pero si hay algo que hemos sido los peronistas, es ser profundamente democráticos. Siempre accedimos al gobierno por elecciones y la mayoría de las veces nos fuimos con golpes de estado.
No coincido, al igual que muchos compañeros, en asignarle al radicalismo los valores de la institucionalidad que les otorgó la Presidenta, porque también deben hacerse cargo de sus errores, de prestar colaboración en golpes de estado donde resultamos víctimas los peronistas. Si bien es el pasado, no debemos cometer errores de apreciación por el lugar que cada uno ocupó en la historia. La compañera Cristina habló de su militancia universitaria, que si bien fue parte del Peronismo, no fue todo.
Se esperaba que explicara cuáles habían sido los errores y cuál es el camino a seguir.
Fue un discurso que dejó muchas dudas de gestión, en que solo pretendió darse una imagen de éxito que la mayoría de la sociedad no comparte.