Ser periodista
Periodista es ser una persona humana con sentimientos, con visión, con errores. Un hombre o una mujer que lleva en sus espaldas la responsabilidad de informar de los hechos que ve, que escucha y que no pocas veces padece tales como el calor, el hambre, el frío, la explotación, la discriminación, el dolor, la tristeza, y en fin, cualesquiera de los sentimientos y padecimientos que existen en la humanidad, pero quien ante la impotencia sólo encuentra como válvula o mecanismo de escape, su expresión.
Su trabajo no es intangible, se refleja en las páginas de los medios de comunicación impresa, en el manejo de las imágenes de los medios televisados, en sus locuciones radiofónicas, en sus noticias, en sus comentarios, en sus artículos, en sus reportajes y en todos los géneros periodísticos existentes hoy y por descubrirse y acuñarse mañana.
Ser periodista, dijo alguna vez Joaquín Medina Bermejo, periodista guatemalteco, es ver, oír y no callar. Acá los tres monos sabios perdieron uno; uno que se transformó en ser humano, que racionaliza, que todo lo evalúa una y otra vez; un individuo que vive en carne propia lo que publica, y quien se identifica con los que menos poseen; una persona que por su misma naturaleza y vocación está en contra de las injusticias, del abuso, de las violaciones a los derechos humanos, de los gobernantes autoritarios, de los oligarcas de los factores de poder y dominio.
Ser periodista es hablar y escribir la verdad, sin embargo, hay quienes han suplantado este apostolado y se han apropiado de los medios de comunicación contradiciendo totalmente la verdadera razón de ser del periodismo y de quienes con amor, pero con firmeza, hacemos diariamente lo que nos gusta… informar con veracidad, buscar la verdad, hablar en favor de quienes no pueden o son acallados, así como denunciar siempre todo tipo de injusticia o sometimiento humano.
Ser periodista es amar la verdad, haberse casado con ella y vivir para ella. Por ello es que el gremio más vejado, más ultrajado, es el periodismo, porque hay división entre el gremio, hay poca unidad de grupo y lo peor, hay molestia por parte de algunos sectores, que no aceptan que la mentira dura, mientras la verdad no llega, y que el compromiso, la responsabilidad del periodista, es precisamente la búsqueda y difusión de la verdad.
Por eso, porque al publicar y difundir la verdad, el periodista juega un papel muy importante y evidencia los abusos, es que han sido muchas las víctimas del periodismo quienes han sido acallados, muertos, asesinados…
A ellos, quienes legaron su ejemplo, quienes nos permitieron estar donde estamos hoy, y quienes al igual que nosotros, rechazaron el abuso, la explotación, la mentira y la falta de transparencia, un reconocimiento público.
A quienes por el contrario se han valido de esta noble profesión para alcanzar posesión, dinero y poder, a quienes se burlan de los ciudadanos difundiendo comprometidas noticias y ocultando los hechos reales, a ellos nuestro repudio, porque como hemos dicho, el periodista nace de las venas abiertas de las comunidades, de sus necesidades, de sus anhelos y sus esfuerzos.
El periodista nace de las necesidades sociales y con un poco de apoyo académico se forja como la mejor escultura de Miguel Ángel o el mejor invento de Albert Einstein. Por ello y por muchas otras razones, el periodista no es compatible con el poder y menos con el poder de la oligarquía y de otros factores que sólo piensan en el derecho de su nariz.
Eso es ser periodista, lo demás es una bagatela barata vendida y difundida por los poderosos.
Gracias por citarme.