LEGISLATIVAS 2013: El intento opositor de nivelar para abajo
Escribe Sergio Santos (en la foto el de la izq.), concejal del Frente para la Victoria de General Pinto.
Es fácil escuchar en los medios o en las conversaciones privadas que en esta instancia electoral de medio tiempo no se juega nada, que es la oportunidad para “nivelar” y/o “pluralizar” las cámaras legislativas, sean municipales, provinciales o nacionales; o bien para “castigar” a los oficialismos, sin que supuestamente vaya en ello la gobernabilidad de los municipios, las provincias y el país.
Nada más lejano a la realidad en los hechos y en la experiencia vivida recientemente.
De hecho debe mantenerse fresca en la memoria de los argentinos, los bonaerenses y los pintenses, la experiencia de las legislativas del año 2009, luego de la división de aguas que produjo la discusión por la aplicación de la RG 125 durante buena parte de 2008, y donde los grupos mediáticos con intereses en el negocio agropecuario instalaron a muchos “salvadores de la patria” que luego resultaron electos, y de los que hoy muchas veces nos cuesta recordar sus nombres, dada su escasísima incidencia particular, pero no debemos olvidar que como grupo opositor (el famoso “Grupo A”), a pesar de ser un rejunte de ideas, que sólo coincidían para boicotear cualquier acción de gobierno trascendente y positiva para la sociedad, o para proponer situaciones que pusieran en riesgo la marcha del país, con una demagogia tan poco disimulada hacia sectores vulnerables de nuestra sociedad, que nunca fueron beneficiados por las fuerzas que representaban, que si no fuera tan dañina hasta daría risa por lo teatral. También en nuestro distrito, desde ese momento, empezó a funcionar en bloque toda la oposición, como si fuera un solo partido, a pesar de nunca haber expresado ante sus votantes que todos perderían identidad partidaria o ideológica en sus definiciones por el sólo hecho de ir en contra de las acciones de gobierno del ejecutivo encabezado por el intendente Alexis Guerrera.
El resultado a nivel legislativo fue tan magro que nos podríamos preguntar para qué anhelaban tanto ser concejales, incluso podríamos preguntarnos para qué quieren volver a serlo.
Y a las pruebas me remito: toda la oposición en bloque presentó 2 proyectos de ordenanza en 2010, 3 en 2011 y 2 en 2012, sumados son 7 proyectos en 3 años, si tenemos en cuenta que durante 2010/2011 fueron 5 y en 2012 fueron 3 los concejales de las fuerzas opositoras, porcentualmente podríamos deducir algo más de medio proyecto por concejal en 3 años… y después esos mismos concejales y sus espacios de expresión adeptos objetan los sueldos ajenos… presentar medio proyecto de ordenanza en tres años y cobrar todos los meses sería por lo menos objetable.
Son los mismos que en 2011, individualmente con sus partidos, luego de dos años de “destacada labor parlamentaria” y pasado el tamiz de la lucha de vanidades que demostró cuanto tenían en común estos políticos opositores, a nivel nacional, ninguno de ellos pudo ubicarse a menos de 30 puntos porcentuales del gobernante FPV, y ni hablemos a nivel local donde los resultados fueron doblemente lapidarios.
O sea, una diferencia abismal entre sus egos y el apoyo popular, en una ecuación inversamente proporcional muy pronunciada.
El voto popular es el gran problema para la oposición en su conjunto y en particular, por eso es atinado poner en debate los cantos de sirena que estas fuerzas intentan menear ante la esquivez de ese voto.
En esta oportunidad, como en instancias electorales anteriores recientes, estamos viendo la instalación de candidaturas personales y coaliciones, muchas veces insólitas, de inventos presentados mediáticamente como un supuesto “operativo clamor” del pueblo ante la avanzada “autoritaria” del oficialismo, y mientras tanto vemos la lista de candidatos, que en su mayoría el máximo valor que pueden presentar parecería ser la traición a los pensamientos que decían tener hace pocos días (ay! ese viejo axioma: “estas son mis convicciones, si no le gustan tengo otras”), sin dudas el clamor es más bien de diversas corporaciones que pese a seguir siendo muy exitosas y beneficiadas por el modelo (demasiado para mi gusto particular) están molestas simplemente porque, pese a los ramazones que desde hace tiempo viene sufriendo la economía mundial, a la que no puede escapar nuestra economía, a veces a base de prueba y error, pero siempre ubicando en un sitial muy importante al mercado interno y a la obra pública, el gobierno sigue marcando agenda y pese a las lisonjas desde la oposición, el saldo sigue siendo positivo respecto a la gestión de gobierno.
Al lector le propongo, sea el votante más oficialista o el más férreo opositor, que se mire a sí mismo y mire a su alrededor, a sus vecinos, y luego se pregunte objetivamente ¿estamos mejor o peor que hace unos años? Y no veamos sólo el aspecto económico, que es lo más obvio, miremos también la ampliación de derechos hacia los que nunca tuvieron derechos, ni siquiera la posibilidad de visibilizarse, todos podemos convenir que todo lo logrado es consecuencia de la lucha del pueblo, sin dudas, pero también es el gran crédito que se le debe otorgar a los gobiernos de Néstor y Cristina, que pusieron en la agenda esas ampliaciones de derecho, más allá de que algunos de ellos todavía no lleguen a lo óptimo o no avancen en la medida de las expectativas, considero que sería necio pensar que los avances, a pesar de lentitudes y parcialidades, no sean positivos.
Por eso, en la nueva instancia electoral que se acerca con las PASO el mes próximo y las Legislativas de Octubre, es una buena oportunidad para demostrar que las convicciones, como sucediera en 2011, deben primar sobre las elucubraciones de analistas políticos y economistas del establishment, que tratan de demostrar que nos va a ir mejor si elegimos a los que rara vez hicieron algo bueno para el pueblo, por el solo hecho de la alternancia y el límite en una impostada actitud democrática, y esa actitud se convierte en antidemocrática cuando se trata de desconocer la importancia del apoyo popular, y no se ponen colorados para asegurar que los votos a favor del gobierno nacional tienen siempre un motivo rayano con lo espúreo o fraudulento (muchas veces escuchamos lo del voto plasma – voto 0 Km – voto asignación) o fruto de cierta ceguera política colectiva asociada a quién sabe qué tara mental que hace que la mitad de los argentinos lo elija y lo defienda, simplemente por comprados o por giles.
Por último un recuerdo para algunas cosas importantes que se lograron estos años por acción o acompañamiento del gobierno nacional y luego le propongo al lector que recuerde o busque como votaron o qué declararon al respecto los políticos que integran las listas opositoras. Por ejemplo: –reestructuración y quita en la deuda externa-pago total al FMI-derogación de las leyes de la impunidad y reapertura de los juicios por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura-asignación universal por hijo-recuperación estatal de los fondos jubilatorios-ley de aumento semestral de las jubilaciones y pensiones-ley de matrimonio igualitario-ley de género-recuperación de la mayoría del paquete accionario de YPF-Ley de medios audiovisuales-Ley de voto joven. Todas estas iniciativas propias o apoyadas por el gobierno nacional que redundan en beneficio de las mayorías populares y de diversos sectores vulnerables de nuestra sociedad, merecieron diversos comentarios contrarios como mínimo, soeces en algunos casos, de los que hoy son presentados en muchos casos como “la esperanza blanca” ante la eternización del gobierno, idea instalada justamente por ellos mismos y no por el oficialismo.
Pronto tendremos una nueva oportunidad de ejercer el derecho de elegir a nuestros representantes, está en nosotros hacerlo por convicción personal o por comprar un discurso instalado justamente por los que lo único que les importa son sus intereses corporativos.