Por las calles de Gral. Villegas, el afilador, un oficio que resiste al tiempo (VIDEO)
Fabián Alvarez es de Merlo y desde hace 15 años cada temporada recorre las calles de General Villegas, casi sin necesidad de utilizar el sonido de su flauta para dar aviso de su presencia porque ya tiene, prácticamente, el circuito armado y garantizado.
A pesar de los avances tecnológicos y muchos elementos con filo descartables, su intervención es necesaria y esperada en algunos casos.
«Las tijeras no las puede afilar cualquiera» asegura y mucha gente a la que se le pregunta dan fe que realmente es así. Esta expresión es apenas un detalle de la importancia que tiene su oficio, por eso seguramente resiste al tiempo.
En su caso se inició por una necesidad laboral y económica, por sugerencia de un amigo que lo inició en esto de afilar, porque su trabajo principal en Merlo es la pintura de obras. «Acá en Villegas como me conocen y la confianza ganada a través de los años algunos me piden que les realice algún trabajo y se los hago», agrega a la charla que mantuvo con Distrito Interior sobre una vereda de calle Castelli.
Tan artesanal es su trabajo que durante la tarea se cortó la correa que mueve la piedra con la que afila, por lo tanto, sacó de su pequeño bolsita de cuero gastado colocada en el frente de la bicicleta en la que lleva las herramientas, una pinza, un martillo, un clavo y unos centímetros de alambre con los que la reparó para luego de unos minutos continuar afilando.
Con nuestra ciudad mantiene un vínculo estrecho debido a las amistades logradas a través de los años, así mencionó a Mirta Lezna y su esposo a los que conoció cuando llegó por primera vez, «Nani» Antonini, dueño del hotel donde se hospeda, el «gallego» Rodríguez, tapicero fallecido hace tiempo atrás, muerte que lo sorprendió cuando en uno de los tantos regresos para cumplir con los clientes se enteró de la novedad, lo que le produjo además de sorpresa, dolor, contó.
Alvarez se muestra de buen humor y da la sensación que además disfruta de la libertad e interacción que le produce este oficio que parece ir diluyéndose con el tiempo pero a través de personas como él, y otros pero no tantos, siguen cultivándolo en cada pedaleada.