Continúa internada en grave estado la niña que contrajo Síndrome urémico hemolítico
Una niña de cinco años de edad, que vive en la zona rural de Coronel Charlone, ingresó el domingo al Hospital Municipal con un severo cuadro de diarrea, convulsiones y anuria (no orinaba).
De acuerdo a los datos que sus padres aportaron, los médicos que la asistieron llegaron a la conclusión de que se trataba de un caso de síndrome urémico hemolítico, aparentemente producido por la ingesta de leche vacuna sin pasteurizar.A este diagnóstico se llegó gracias a la llamada ‘pesquisa epidemiológica’, basada en los últimos consumos alimenticios y los análisis de sangre.
Por estas horas, esta menor permanece internada, luego de ser derivada en vuelo sanitario, en el Hospital de niños de la ciudad de La Plata, Sor María Ludovica; y una hermana menor, que ingresó con idéntico cuadro el pasado martes, también internada, pero General Villegas y fuera de peligro.
Ante la gravedad de la situación, el profesional brindó información sobre el síndrome y puso énfasis en las cosas que se debentener en cuenta:
– Los niños menores de ocho años (principalmente los menores de cinco) conforman la principal población en riesgo ante la bacteria -escherichia coli- que causa el síndrome.
– Los alimentos que suelen contener la bacteria son «las hamburguesas de las cadenas rápidas, las carnes mal cocidas o ‘jugosas’ (aunque algunos adultos las prefieran), los productos lácteos no pasteurizados o que pierden la cadena de frío, y las verduras y frutas mal lavadas».El lavado de manos es una de las medidas más importantes a considerar cuando se trata de prevenir cualquier tipo de afecciones, y el síndrome urémico hemolítico no es la excepción. Así, se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
– Las carnes deben estar bien cocidas y no rojas, especialmente para los chiquitos. El punto adecuado se produce a más de 80ºC, de manera que no sangre al pincharla con el tenedor.
– Es importante concientizarse de que todo lo que esté en contacto con carne cruda está potencialmente contaminado con la bacteria. Por eso, cuando uno la está manipulando al momento de cocinar, debe lavarse muy bien las manos antes de retomar contacto con la lechuga u otros alimentos. Además, se debe disponer de utensillos destinados específicamente a manipular la carne.
– Lavar las frutas y verduras dejándolas en remojo con unas gotitas de lavandina antes de su ingesta o preparación.
– Hervir la leche de tambo de dos a cinco minutos en dos o tres hervores antes de consumirla.
«Uno habla de posibilidades. Puede haber gente que toda la vida comió la carne jugosa o le dio a los chicos leche de la vaca y no le pasó nada; es verdad. Esto no siempre desarrolla el síndrome. Hay casos muy leves que pasan desapercibidos o casos extremos. No es que siempre suceda, pero tampoco es que no sucede nunca», aclaró Palombo.
Sobre los síntomas, el profesional detalló; que el primero que presenta una persona afectada por la bacteria es la diarrea en cantidad, que en muchos casos luego se ve acompañada de sangre. También es preciso, precisó, que se controle la frecuencia de hacer pis de los chicos. El tratamiento consiste en el sostén para reponer los líquidos que se pierden. Si aparece una anemia importante, como la menor que está internada, se procede a una trasfusión de sangre. Luego se espera a que empiece a mejorar el estado del cuerpo.
No es aconsejable la utilización de antibióticos, ya que empeoraría el cuadro de toxicidad. Una vez recuperado el cuerpo, es necesario hacer controles para ver el estado de ciertas funciones. Si hubo daño renal a veces se recupera al 100% y otras queda déficit de la función del riñón, al punto de necesitar un trasplante», concluyó el profesional.