Sobrevivir al hundimiento del Gral. Belgrano: El relato de Juan Tula, banderolense héroe de Malvinas
Hoy se conmemora un nuevo aniversario del hundimiento del crucero que tenía en su tripulación al villeguense Fabián Siri, desaparecido y a Juan Tula de Banderaló quien el pasado 2 de Abril fue entrevistado por Pampa Norte, portal de la vecina provincia con cobertura en la región.
La crónica, oportuna para este día, comienza diciendo … Era el 2 de mayo de 1982 por la tarde en plena Guerra de Malvinas cuando dos torpedos del submarino británico alcanzaron al crucero General Belgrano de la Armada Argentina. Juan Tula sintió que no se iba a poder recuperar, se encontraba atrapado. Enseguida el barco se quedó sin luz y llegó la orden de abandonarlo.
Un marinero íntegro y digno
Era el 2 de mayo de 1982 por la tarde en plena Guerra de Malvinas cuando dos torpedos del submarino británico alcanzaron al crucero General Belgrano de la Armada Argentina. Juan Tula sintió que no se iba a poder recuperar, se encontraba atrapado. Enseguida el barco se quedó sin luz y llegó la orden de abandonarlo. De los 1041 tripulantes, mueren 323. En pocos minutos de horror, casi la mitad de las 649 bajas argentinas en los 74 días que duró esta innecesaria guerra. Juan sobrevivió a casi 30 horas de flotar a la deriva en una balsa rota, empapado, con una tormenta feroz y temperaturas bajo cero. En una charla exclusiva con Pampa Norte, el relato en primera persona.
Pampa Norte – ¿Cuál era tu situación el 2 de abril de 1982?
Juan: Yo estaba haciendo el servicio militar obligatorio en Puerto Belgrano, tenía 19 años recién cumplidos. Había hecho dos meses de instrucción y después fui destinado al crucero. Era un barco que navegaba una o dos veces por año y en ese momento estaba en reparación.
Pampa Norte – ¿Cómo fue el momento que te informaron que debías ir a la guerra?
Juan: Nunca me informaron. Con mis compañeros nos dimos cuenta cuando estábamos navegando. Éramos conscientes que la guerra había comenzado, que otro barco ya había zarpado y ahí sospechamos que era nuestro momento de ir. Pienso que no nos avisaron porque éramos demasiado chicos para decirnos “Van a ir a una guerra”. Nosotros no estábamos listos. Mi única preparación fue 12 meses de servicio militar, otros compañeros recién acababan de llegar.
Pampa Norte – ¿Cómo se enteró tu familia que ibas a la guerra?
Juan: Mi familia no se enteró. Sabían que estaba embarcado pero nunca supieron que yo iba ir a la guerra. Se enteraron cuando volví.
Pampa Norte – ¿Cuál era la misión del Belgrano en Malvinas?
Juan: Nosotros zarpamos sin saber que misión cumplía el crucero porque nadie nos dijo a dónde íbamos.
Merecidos reconocimientos
Pampa Norte – ¿Cómo fue el 2 de mayo, el día del hundimiento?
Juan: Me levanté a la mañana como todos los días, yo cubría guardias de 8 a 12 y cuando salía me iba al sollado, donde dormía. Ese día como nunca, 15:45 me desperté y se me dio por ir a tomar la merienda. Llamé a algunos de mis compañeros para ir y no quisieron, entonces fui solo. Me retuve hablando con un chico de Chacabuco, ahí fue entonces cuando ocurrió la explosión que produjeron los torpedos. Los recuerdos que tengo de esa tarde son obviamente feos. Yo no estaba herido pero no me podía recuperar porque me pisaban, todos querían escapar. Cuando logro ponerme en pie, busco las escaleras para poder salir más rápido. Yo sabía que tenía que ir a mi balsa, éramos conscientes que el barco se empezaba a huir, fue cuestión de 40 minutos. Yo me subí a la balsa que me correspondía y ahí lo que tendíamos a hacer era alejarnos porque el barco cuando se hunde te lleva.
Pampa Norte – ¿Eras consciente de lo que estabas viviendo?
El momento de mayor peligro
Juan: Si, yo era consciente. En el mar las olas eran bravísimas, de 6 o 7 metros. Nosotros ya nos habíamos retirado unos 150 metros y una ola nos llevó nuevamente hacia el barco y nuestra balsa, que era de goma, se rompió. En ese momento era salvarse quién pudiera. Yo estaba nadando en el agua y logro prenderme en otra balsa y ahí me ayudaron a subir, tenía las piernas congeladas ya sin movilidad. Yo sobreviví porque mis compañeros me ayudaron a subir.
Pampa Norte – ¿Y luego que pasó?
Juan: Bueno ahí con esa balsa nos pudimos alejar. Se hizo la noche y nosotros estábamos a la deriva en mar abierto. No se veía nadie que nos venga a rescatar, ni las balsas de los otros compañeros, nada. Todo agua. No estábamos seguros de poder sobrevivir mucho tiempo, nuestra balsa estaba pinchada en el piso. Intentamos hacer un tapón con una camiseta e ir sacando el agua que entraba, pero en un momento dejamos de desagotar, congelados y cansados nos quedamos quietos a la espera, nos entregamos.
Pampa Norte – ¿En algún momento pensaste que te podías morir?
Juan: Si, si por el frío. No hubiésemos podido sobrevivir una noche más. Mojados y sin fuerza, estábamos entregados.
Pampa Norte – ¿Cómo fue finalmente el rescate?
Juan: El barco se hundió un domingo a las 4 de la tarde y a nosotros nos encontraron el lunes a las 5 de la tarde. Aparecieron los barcos de rescate y bueno, nos pudieron subir. A mí en ese momento no me respondían las piernas, no caminaba. Navegamos una noche más hasta llegar a Ushuaia. Desembarcamos, nos llevaron a un galpón y comenzaron a pasar la dotación, a nombrar todos los conscriptos. Y ahí te ibas dando cuenta los que estaban faltando. Pero lo más triste fue en Bahía Blanca porque ahí había familiares de los conscriptos esperando a los que nunca iban a volver.
Un recuerdo imborrable.
Pampa Norte – ¿Cómo fue tu viaje de regreso?
Juan: Bueno yo me había hecho muy amigo de un suboficial de apellido Roldán que vivía en Punta Alta, encontré a la familia de él y me quede junto a ellos esperándolo, yo suponía que iba a llegar en el otro vuelo. Y así fue. De ahí fuimos a Puerto Belgrano. A los que estábamos bien nos dieron licencia 10 días. Había dos colectivos que venían para la provincia y yo me volví con cuatro chicos de Trenque Lauquen hasta su ciudad. Ellos se ofrecieron a acercarme pero yo no veía la hora de estar con mi familia. A partir de lo que viví aprendí a valorar mucho y quería llegar y abrazarlos. Entonces bueno, me llevan hasta la ruta y le hice dedo a un camión. Le dije que iba a Banderaló, cerca de General Villegas. Me dijo que iba para Mendoza así que me llevaba. En el viaje le conté que estaba haciendo el servicio militar y empezamos a charlar de la guerra. Y le digo: “Yo vengo de ahí. Soy un sobreviviente del General Belgrano”. Y fue una emoción increíble. El tipo me prestaba atención y a mí me parecía que se lo estaba contando a mi papá. Me dejó en la entrada del pueblo y me dio un gran abrazo.
Pampa Norte – ¿Y cuándo llegaste a tu casa?
Juan: Cuando llegue a mi casa todo el mundo quería verme. Necesitaba tranquilidad, todos querían saber y yo no estaba preparado para contar lo que había vivido.
Pampa Norte – ¿Fue un crimen de guerra? ¿Una decisión innecesaria dar la orden de hundirlo? El Belgrano estaba fuera de la zona de exclusión…
Juan: Fue un crimen sí. Estábamos fuera de la zona de exclusión. Fue un crimen.
Pampa Norte – ¿Alguna vez alguien te pidió que guardes silencio?
Juan: No, nunca.
Pampa Norte – ¿Qué sentiste cuando te enteraste el 14 de junio que nos habíamos rendido y habíamos perdido la guerra?
Juan: Te cuento… Yo estaba terminando el servicio militar. Luego de los 10 días de licencia volví para terminarlo. El regreso fue terrible. Era todo muy reciente. Más de una vez pensé en bajarme del colectivo que me estaba llevando de nuevo a Puerto Belgrano. No quería volver. Cuando llegue ya sabía que Argentina se había rendido. Sentí mucha tristeza e impotencia, es difícil explicar todo lo que se me pasó y me pasa por la cabeza al pensarlo.
Pampa Norte – ¿Cuánto tiempo estuviste sin contar lo que habías vivido?
Juan: A mí en un principio me costó muchísimo hablar. Estuve años sin hacerlo. Iba a los actos y me hacía mal. Con el tiempo comenzamos a charlar con los demás sobrevivientes del partido, hicimos un centro de ex combatientes y ahora cada uno cuenta su experiencia, que son todas diferentes. Me ayudó mucho mi familia y también fui al psicólogo. En la escuela los chicos quieren saber. Me gusta hablar con los más grandes porque me pueden entender y les puedo contar lo que realmente pasé. ¿Mataste a alguien? Me preguntan por ahí. No, no maté a nadie. Y les cuento…
Pampa Norte – ¿Cómo fue el trato de la sociedad?
Juan: Cuando volvimos la gente estaba eufórica y engañada, no era consciente de lo que estaba pasando: prácticamente nos mandaron a morir, a combatir con soldados ingleses profesionales. Había gente que nos decía que no nos merecíamos usar la ropa de marina. Ahí te das cuenta la sociedad que tenemos. Muchos chicos se suicidaron por el trauma que les generó la guerra y porque tampoco soportaron esto. Por parte del Estado fuimos reconocidos 10 años más tarde. Fue una barbaridad.
Pampa Norte – ¿Quién pensás que tiene la culpa de todo lo que te tocó vivir?
Juan: Galtieri. Fuimos el manotazo de ahogado de una dictadura que ya no se podía sostener en el poder. Y pagamos precios muy altos por eso.
Pampa Norte – ¿Lo vivís diferente a medida que va llegando la fecha o sentís lo mismo todos los días?
Juan: Si es diferente… Es diferente porque vuelves a recordar y revivir de nuevo todo. A veces me siento raro y no puedo hablar. 37 años es muchísimo y a la vez no es nada. Todo lo que viví no me lo olvido nunca más. Yo hoy estoy bien porque tengo a mis hijos y a mi mujer, pero hay muchos que no tuvieron ese apoyo.
Pampa Norte – ¿Tenes en tu cabeza alguna imagen imborrable?
Juan: Si, el momento del rescate. Cuando yo le pedía al chico que me ayude a subir a la balsa y no me abandonara… Era un santafesino, de su cara no me olvido nunca más.
Pampa Norte – ¿Qué te pasa cuando te enteras o ves en las noticias que un sobreviviente se suicidó?
Juan: Es triste… Es muy triste… Ahí te das cuenta que la sociedad no apoyó y el Estado falló. Nosotros necesitábamos un reconocimiento.
Pampa Norte – La última pregunta… ¿Las Malvinas son argentinas?
Juan: Las Malvinas son argentinas. Y las vamos a recuperar.
(Fuente: Pampa Norte – Material periodístico: Agostina Carrizo).
Orgullo de la gente de Banderalo, orgullo nacional.
Realmente un héroe junto a tantos otros casi anónimos.
Un abrazo enorme y muchas gracias.
Horacio Elizalde
Primero y principal debido a su gran capacidad de fuego a larga distancia,su plataforma de guerra electronica etc debio estar anclado en Malvinas,podia evitar claramente el desembarco,aparte tenian mas oportunidad de abndonarlo llegado el caso,nadie supo explicar que hacia en esa posicion expuesto a cualquier ataque en mar abierto!