Hernán Maidana, asistente nacido en Gral. Pinto, destacado en Infobae
Con el título «La corrupción, el maltrato y un pedido de humanización: mitos y verdades del arbitraje, por Hernán Maidana, juez récord en Mundiales», Infobae publicó una nota escrita por el pintense.
El asistente argentino que presenció tres Copas del Mundo y tiene la marca de 13 encuentros dirigidos en Mundiales muestra su lado más humano y se anima a hablar de todo.
Como si arribara a un estadio junto a sus colegas de turno, Hernán Maidana porta sus elementos de trabajo (banderín y tarjetas) para someterse a una pequeña sesión fotográfica. Exhibe su pulcritud al ingresar a un café del barrio de Caballito como si estuviera en el living de su casa: conoce -y saluda- a parte de la clientela y tiene familiaridad con los empleados. Pide un café con leche y se apronta para la entrevista.
No dejó atrás sus costumbres campechanas. La modesta fama que le concedió el arbitraje no le modificó un pelo. Nacido en Morón pero con el corazón en General Pinto, provincia de Buenos Aires, este aspirante a árbitro que se especializó como asistente revela que un día se le trabó la cabeza y se lanzó a perseguir el sueño de dirigir. Se mudó a Capital Federal cuando finalizó la secundaria y, mientras llevó adelante sus estudios de contador, encaminó la profesión que marcaría su vida.
¿Por qué si querías ser árbitro terminaste como asistente?
Tenía 33 años, fue en la temporada 2002/2003. La escuela de árbitros cambió, por así decirlo, y la evaluación de edad y proyección te posicionan. A mí me dijeron que no tenía más chances como árbitro. Me dolió, me costó, pero pedí continuar como asistente en vez de quedar muerto en la D. Tuve mi partido despedida en un River-Quilmes de Reserva y al fin de semana siguiente debuté en la B Nacional en un Los Andes-San Martín de San Juan. Más adelante empecé a alternar con Primera.
¿Quiénes fueron tus referentes?
Tuve muy buenos instructores a nivel AFA, Conmebol y FIFA. El Pichi Loustau, Jorge Larrionda, Massimo Bussaca, Wilson Seneme, ex asistentes como Ernesto Taibi, Rodolfo Otero, Darío García, Ricardo Casas… Ni hablar la Coneja Baldassi, un monstruo. Seguro me olvido de nombrar alguno. Siempre analicé árbitros y absorbí sus cualidades y fortalezas.
¿Existe el «chupamedismo» dentro del arbitraje?
Algunos lo ejercen y les da resultado, otros eligen el camino más espinoso. A mí Elizondo y Baldassi me dijeron ‘sé libre, hacé la tuya y no toques ningún timbre, es el camino más largo y no tendrás ventajas, pero no dependas de nadie’. Yo me sentí siempre respetado por los dirigentes que traté. La relación o vínculo que generé fue de respeto, no de ser chupamedia para escalar o ascender. No me lo propusieron ni lo hice por mi cuenta. Me gané todo por la mía. Pero hay de todo, es una realidad. Sería hipócrita si dijera que no existe.
¿Es cierto que los árbitros de AFA deben demostrar que tienen otra profesión? ¿Un juez puede vivir sólo del arbitraje?
Fue algo que estuvo implementado para que los árbitros no estén tentados con nada y un intento de transparentar, pero es arcaico y quedó obsoleto. Hemos pasado zozobras con la desocupación y hace tiempo que muchos lo toman como única fuente de ingreso. Hay algunos que incluso dirigen durante la semana, en otras ligas o intercountry. No podés exigirle a alguien que tenga un solo trabajo. Por más que trabajes en algo privado, o no, no vas a ser menos honesto. Puede ayudar pero no es excluyente. Yo no puedo sustentar a mi familia sólo con el arbitraje. Además soy muy hiperactivo, necesito estar al palo siempre.
¿Hay corrupción dentro del arbitraje?
Sé que existe y te explico por qué. Recibimos un boletín de Sports Integrity de la FIFA en la que se hace un seguimiento de casos de corrupción a nivel Interpol. Amaños de partidos en fútbol, básquet, criquet y otras disciplinas. Cada tanto reportan casos, hubo varios que fueron públicos y que terminaron con sanciones de por vida. Es algo que le hace daño a la investidura arbitral. Pero esto es como el tango, se necesitan dos: no creo que los árbitros se postulen para ser sobornados. No sé si existe o existió corrupción arbitral en Argentina. Pero si sucedió alguna vez, ojalá se haya desterrado. Es un deber dentro de esta profesión, no tenés que andar con un cartel diciendo que sos honesto, tenés que serlo. Tiene que venir dentro de tus ingredientes, la honestidad es un requisito indispensable y sine qua non. Y cuando se detecta, hay que sancionar de la manera más dura, tanto al corrupto como el corrompido.
¿Te enteraste de algún caso o te ofrecieron arreglar un partido alguna vez?
Nunca. Con lo caracúlico que soy, pienso que ni deben querer acercarse. Se dice mucho que cualquiera puede ser vendido a sus espaldas, sin que te enteres. Que ‘si ganás, pagale a tal’. Yo creo que el dirigente no es tan estúpido como para poner plata porque sí. Pasó siempre en los momentos de campeonar, ascensos y descensos o clasificaciones. Por suerte nunca viví una situación de este tipo.
¿Viven siempre bajo un manto de sospecha?
Está prestablecido que el árbitro es un ladrón. El árbitro es ídolo de nadie y culpable de todo. Recibe todas las críticas y nunca es resaltada su labor por algo positivo. Está instalado que no tiene hinchas, pero tenemos una red de contención con familia y amigos. Cuando pasás esa capa gruesa y porosa de la credibilidad, el árbitro es respetado. Si no, nunca lo será. El medio es bastante hipócrita en ese sentido. Es raro escuchar que un técnico dice que su equipo fue un desastre o a un periodista admitir que se equivocó. Pero está aceptado que el árbitro siempre se lleva la peor parte. Yo trato de cambiar eso para que nos comprendan, nos humanicen y nos hagan parte del fútbol. No somos un gasto ni un mal necesario, somos un engranaje más.
¿Tu familia sufre mucho con los insultos y críticas que recibís?
Mi mujer y mis hijos me apoyan mucho, saben lo que quiero a mi profesión. Mi círculo íntimo es mi sostén, aunque ahora no tengo a mi mamá. Mi hija no es futbolera pero con mi hijo miramos partidos de cualquier categoría. Mi señora es la que está con los comentarios periodísticos, ella se lleva más el sufrimiento cuando lee críticas. Yo tengo cero redes sociales, ella las maneja.
Cuando Maidana mencionó a sus padres y, en particular a su madre, el semblante se le iluminó. En milésimas de segundo se transportó mentalmente a su General Pinto. Las labores en el banco de su viejo, las de ama de casa y corte y confección de su vieja. No padeció carencias pero tampoco gozó de grandes lujos.
Tras terminar la primaria, el hoy juez trabajó como guardavidas en un club, recolector de publicidad para el papi fútbol del pueblo y hasta distribuidor de quesos. Lo menciona, viaja al pasado y siente el aroma a salmuera con la que llegaba al colegio. Esa cultura del esfuerzo es la que heredó desde chico.
¿Se adaptaron tus papás al maltrato que recibe un árbitro?
Mi viejo fue futbolista y sabía lo duro que es el mundo del fútbol. Sufría mucho cuando venía a la cancha y, en un momento, le pedí que no venga más. Se quería pelear con todos cuando me insultaban. Mi vieja se reía, decía que se acordaban de ella todos los fines de semana y que así yo la tenía presente. Siempre lo naturalizamos y por fortuna nunca padececimos alguna agresión o persecusión como les tocó a otros compañeros.
¿Fue un golpe duro perder a tu mamá?
En 2008 me enteré que estaba muy enferma. La fuerza de voluntad, su garra, el amor familiar y la medicina la ayudó a vivir cuatro años más. Me vio en el Mundial de Sudáfrica, el primero en el que estuve. Baldassi siempre me remarcó que me había podido ver ahí, algo increíble. Me iluminó y me cuidó desde allá arriba siempre. La tengo muy presente, la extraño horrores, fue mi faro, mi norte, el amor de mi vida. Ahora trato de inculcarle a mis hijos sus valores y transitar su mismo camino.
¿Te trataste psicológicamente alguna vez?
Tuve un corto tiempo hasta que me dijeron que no lo necesitaba porque era autosuficiente, llegamos a esa conclusión. Lo hice porque me costaba mucho afrontar las mesas de exámenes escritos y orales. Fue hasta que supe dominar el problema. Sé de colegas que van y no solamente al psicólogo, para su higiene mental, sino para entrenarse con un coach que te prepara, te arma un plan de carreras, te ayuda a soportar las cagadas, ser mejor y permitirte disfrutar de los buenos partidos y torneos.
¿Todos los árbitros son hinchas de un equipo de fútbol?
Algún color, alguna vez, tuvieron que tener. Cuando sos profesional y tenés que impartir justicia deportiva, se destierra la pasión. Y no tenés que intentar disimular que sos hincha porque capaz terminás perjudicando a tu equipo. El profesionalismo pasa por brindarse por el arbitraje, el espectáculo y el fútbol. E impartir justicia tomando las mejores decisiones, no acertando. Acertar es para la quiniela.
¿Cuando te retires vas a confesar de qué cuadro sos como hizo Lunati?
No me lo pregunté nunca, no lo sé. Los que saben de quién soy hincha se lo guardan. Los que se enteran, lo respetan. No hay mucha ciencia. No tengo la necesidad de gritarlo a los cuatro vientos, no va a cambiar lo bueno o malo que haya hecho. No busco ser aún más creíble porque no cambia nada.
¿Opinás que el arbitraje argentino está pasando por un mal momento?
El arbitraje es como un equipo de fútbol, tiene sus momentos buenos, malos, regulares y excelentes. Depende de todos sus engranajes. Hay momentos cíclicos cada 5, 6 ó 7 fechas que moqueamos, nos mandamos cagadas y es parte del juego. Los equipos tampoco suelen tener rachas de 15 partidos invictos y ser campeones. Sí pienso que hay que ajustar y mejorar muchos aspectos. Siempre hay margen para mejorar.
¿Quiénes son los jugadores que más complican tu trabajo?
Tenemos que estar alertas con los que atacan pero también con los sistemas defensivos. Rodrigo Palacio era muy rápido, entraba y salía, era muy sagaz. Darío Cvitanich, aún con su experiencia y edad, demanda exigencias. El Laucha Acosta, el Pepe Sand. De Sand dicen que es lento… ¿qué va a ser lento? Es súper inteligente. Tiene una mente muy rápida y un olfato tremendo. A su edad está vigente y me ha cagado en más de una vez haciendo goles en offside o yo anulándole goles que debí convalidar. Estamos viejos los dos, pero seguimos compitiendo. A algunos los complican los protestones, yo trato de ser cordial y tener buen trato. Ahora tengo más nivel de tolerancia, me conocen y respetan más.
¿Se puede entrenar el ojo para ser mejor juez de línea?
Hay una preparación que incluye el entrenamiento, la alimentación y el descanso. Soy muy autoexigente, suelo ver las jugadas polémicas nuevamente y de nutrirme viendo fútbol constantemente. Trabajé en el Cenard con Sandra Rossi, especialista en neurociencia. Ahí traté los músculos del ojo e hice tareas bajo situaciones de estrés para tomar mejores decisiones en la cancha. Uso técnicas de respiración y prácticas que ya las tengo internalizadas. Todo para mejorar la concentración.
¿Sos de los que están a favor del VAR?
Soy pro VAR, claramente. No quiero que los árbitros quedemos en el ojo de la tormenta o se le corte la carrera a un colega por un fallo. Si cuando tenemos un simple error nos apenamos, imaginate en una instancia decisiva. Son muchos años de esfuerzo para ser árbitros de primera e internacionales. El VAR es un reaseguro ante una cagada grande y es sinónimo de transparencia. Igual te aclaro que por más que esté, no te relajás, dirigís como siempre. Si levantás la bandera pensando en el VAR, hacés macana. Después de cada gran decisión sí te acordás que está. Pero antes hay un protocolo para seguir.
Después de haber dirigido en una final del mundo, ¿qué te queda por cumplir en el arbitraje?
Ser el récordman de más finales jugadas. Todos los fines de semana, para mí, es la final del mundo. Las tomo así, como el partido más importante. No importa en qué nivel ni categoría, así lo vivo y siento. Tengo un objetivo hermoso ahora que es la Copa América en Brasil, en la que trataremos de revalidar nuestra labor. Cuando me retire espero que me reconozcan como un buen colega, compañero y un buen árbitro asistente que defendió la bandera del arbitraje.
¿Sos el juez de línea más importante del mundo?
Estás errado, claramente. Soy un árbitro asistente que da todo por esta profesión con sus armas y herramientas. Todo lo que dependió de mí, lo hice. Los resultados obtenidos son consecuencia de ese esfuerzo pero sigo siendo el mismo tipo de barrio, con los mismos amigos y en el mismo lugar. Me pone feliz tener el récord de 13 partidos dirigidos en Mundiales y me gusta que lo destaquen, pero eso no me hace mejor ni peor. Ya pasó. Ojalá venga alguien que dirija 20 ó 25 porque las marcas están para romperse. Lo bueno que hice lo comparto con mi familia, ni un grosero error me lo quitará o cambiará.
¿Dónde te ves dentro de 5 ó 10 años? ¿Te gustaría ser dirigente?
No sé si me veo tomando decisiones políticas. Me gusta la instrucción, compartir mis conocimientos e interpretaciones del juego. Me gustaría coachear a los árbitros de mayor categoría que quieran dejarse ayudar y evolucionar. Sí pediría que la dirigencia me respete como lo hace estando ahora adentro, siendo útil en una función, no siendo un número más y trabajar solamente por el nombre porque así el prestigio se va al tacho.