¿El fin del mal estado de los caminos?
Probado en el mundo, llegó a Argentina un sistema de pavimentación 60% más barato que el asfalto, y con una durabilidad estimada en 30 años.
A dos meses de parir, la esposa de un productor lechero de Santa Fe se muda a la casa de su familia, en la ciudad, porque el estado del camino rural que la conduce a la misma podría hacer que su bebé nazca sin atención, en el medio del campo. Sin ir más lejos, mi familia se mudó, en la primavera llovedora del 2001, a la casa de mis abuelos, en Carlos Tejedor, porque el agua hizo intransitable el camino de tierra que nos llevaba de la casa del campo a la escuela todos los días. Para muchos será un problema menor, y hasta incluso puede esperar. Para otros es la problemática que decide sobre su calidad de vida, su educación y hasta su situación económica.
El estado de los caminos rurales es, desde hace décadas, un problema casi sin solución. En todo el país, el reclamo es similar. En condiciones normales de clima, los caminos ya no son los ideales. Pero la cosa puede ser peor, porque la lluvia decidirá si es posible sacar la producción del campo, ir a la escuela o llegar a la guardia de un hospital.
Para resolverlo hace falta -entre otras cosas- voluntad de los gobernantes, presupuesto y tecnología. La voluntad política varía demasiado rápido y ya no hay partido que la asegure, explica Roberto Cittadini, secretario de CARBAP. El presupuesto nunca sobra y siempre se encuentra motivo suficiente y más urgente para desplazar esa prioridad. La tecnología está a manos de los privados, y parece que será el único pilar firme y una esperanza de que esta deje de ser una preocupación diaria.
¿Cuál es la novedad? Una emulsión a base de polímeros. Es un sistema de pavimentación probado en el mundo, que no sólo crea una costra superficial sino que penetra profundamente en el suelo y los materiales con los que ya se haya mejorado el camino para crear un sistema entrelazado, construyendo una sub-base que «nunca se rompe», explica la licenciada Edith Pacilly, CEO de Mc Farland Group. El pavimento, llamado Landock, dura unos treinta años, no se agrieta por tránsito mayor al peso, y puede generar mínimos baches recién después del quinto año de instalado.
La novedad cuesta entre 50 y 70% menos que asfaltar el camino. Sobre todo, ahorra tiempo, ya que podría hacer 1,5 kilómetros diarios solo con un regador, un tractor y un compactador (el sistema tradicional requiere dos semanas para ese trayecto), y podría extenderse hasta 4 km por día incorporando un reclamer. A las seis horas de haberse compactado está en condiciones de transitarse. Ahora, llega a Argentina con una prueba piloto en Pilar (Buenos Aires) que resultó tal como esperaban.
Más allá de volverse una alternativa estratégica para la transformación de los caminos, permite -por ejemplo- compactar los pisos de tierra de una casa de campo y que quede prácticamente igual que si tuviese cemento, evitando la llegada de algunas enfermedades y otras problemáticas. También se usa para los tambos: previene que las vacas pisen el barro y les traiga problemas en las pezuñas; con esta solución, cuando la vaca incrusta, queda una superficie similar a una arena impermeabilizada. Esa versión del producto funciona desde hace tiempo en Nueva Zelanda, uno de los principales productores de leche del mundo, donde crece su uso.
Con la tecnología disponible, el interrogante es quién invierte. Según la Sociedad Rural, las tasas viales que pagan los productores aumentaron 90% en el último año. Sin embargo, el Estado sigue sin poder resolver este problema. Cittadini asegura que las entidades están dispuestas a poner su parte para sumar innovación y seguridad, pero se pregunta si el Estado pondrá la base necesaria para poder aplicarla, y resolver una de las cuestiones que -según la Bolsa de Comercio de Rosario- se vuelve casi el único de los puntos débiles que podría tener esta cosecha récord de granos gruesos. (Por Carola Urdangarin – Revista Chacra)
El sistema caduco maquinistas que vuelven a comer al pueblos en la maquina 25 km, es carisimo.No hay quien los mande anarquia total.
Solucion rapida privatizacion, y un escobillon grande para cada maquinista
Asi se pueden quedar en el pueblo.
Director Vidal un disaster.