Reclaman a OSECAC que permita realizar los estudios que su hija necesita de manera urgente
Graciela Garro y Pablo Carrizo son los papás de Maia, una pequeña de 8 años que padece encefalopatía epiléptica con retraso madurativo global, además de un tumor de tejido en tiroides, por lo que ha estado en tratamiento en distintos puntos del país; así fueron sus días hasta que hace aproximadamente un año, teniendo la obra social de los empleados de comercio, no pudieron continuar realizándole unas 8 o 10 prácticas, debido a que desde ésta dejaron de dar respuesta.
Según Graciela, desde las oficinas locales han llegado a decirle que «se les han pasado los turnos de su hija» o que «sobre la fecha se cancelan los turnos».
Esta espera obligada va produciendo en la criatura un notable deterioro que los obliga a estar transitando una semana difícil, debiendo concurrir a la guardia del Hospital, además de concurrir a su médica de cabecera, ya que se requieren reajustar las medicaciones, entre otras prácticas.
Hoy Maia esta «en pausa» (no su enfermedad) hasta que OSECAC accione correctamente; existen actualmente dos derivaciones con carácter de urgente, insiste su madre.
Lo realmente inentendible ante un hecho de estas características es que la familia Garro – Carrizo ha presentado cada uno de los papeles que se le han requerido desde la filial local ubicada en la calle Alberti, intentado de todas las maneras posibles que destraben y agilicen los trámites necesarios para que su hija pueda ser atendida y no obtienen desde el tiempo indicado anteriormente, respuesta satisfactoria.
«La respuesta que me dio el responsable en Villegas es que lo de mi hija se le fue de las manos, que no se dio cuenta y paso un año. Lo último que me dijo es que recién para Agosto habrá turnos (Graciela Garro).
Este contexto ha dejada Maia sin poder ir a la escuela, es más cuenta con una maestra particular y actividades como jugar al básquet que no puede realizar. Su días los pasa entre su casa y el Hospital.
Un capítulo aparte merece la situación general por la que la familia se encuentra en este punto.
Con OSECAC cuentan hace aproximadamente dos años, el papá de la menor, trabajaba en un camión para el cual contaba con monotributo; actualmente se encuentra bajo dependencia en otra empresa local, en blanco, pero SICHOCA, la obra social de los choferes de camiones, no le permite el pase.
Hasta hace un tiempo los estudios y tratamientos los realizaban en el Hospital Garraham, pero la situación del país obligó a aquellos papás que contarán con obra social a hacer uso de ella.
Los estudios solicitados por los médicos tienen carácter de urgente porque depende del resultado de éstos la medicación que se le suministrará, actualizada, desde ahora en adelante.
Los padres afrontan como pueden desde lo económico lo que requiere su hija, es más, el sueldo casi completo del hombre está destinado a eso, pero se vuelve difícil continuar, explicó la mamá.
Mientras todo sucede tal como lo hemos detallado, no siendo la primera vez con esta obra social que existe un reclamo de este tipo, la enfermedad de Maia, que no entiende de «burocracia», avanza.
OSECAC es un desastre, pero es acá xq si vas a junin o a otro lado funciona muy bien. Acá no hay gente capacitada. Es una pena lo que le está pasando a esa niña.