COLUMNA DE OPINIÓN: Para poder amar la Patria en conjunto (Un aporte a la unidad)
Una de las principales tentaciones a enfrentar es confundir unidad con uniformidad .
La unidad no nace ni nacerá de neutralizar o silenciar las diferencias. La unidad no es un simulacro ni de integración forzada ni de marginación armonizadora.
La riqueza del movimiento nace precisamente de que cada parte se anime a compartir su sabiduría con los demás. No es ni será una uniformidad asfixiante que nace normalmente del predominio y la fuerza del más fuerte, ni tampoco una separación que no reconozca la bondad de los demás.
La unidad pedida (en el llanto del mas vulnerable) no puede hoy ser desoída.
La unidad es una diversidad RECONCILIADA porque no tolera que en su nombre se legitimen las injusticias personales o comunitarias.
Necesitamos de la riqueza que cada PERSONA tenga para aportar, y dejar de lado la lógica de creer que existen superiores o inferiores.
La unidad no puede dejar afuera el «Yo» de cada uno de los reunidos. Hay que velar por la necesidad que tiene el «Yo» de poder integrarse y diferenciarse en el espacio. Tiene que proyectarse de forma real en el tiempo. Con lo cual la adhesión es a las partes . Partes de la construcción de un POLIEDRO.
Está figura de lejos puede ser confundida con una esfera, pero si uno se acerca verá los múltiples planos que la integran.La unidad debe tener esa forma, Ser un núcleo fuerte de Soberanía, Independencia económica y Justicia Social donde cada aporte para un pueblo Feliz sea un plano, una perspectiva que acrecienta al Todo.
El arte de la unidad necesita y reclama auténticos artesanos que sepan armonizar las diferencias en los ‘talleres’ de los poblados, de los caminos, de las plazas y paisajes. No es un arte de escritorio, ni tan solo de documentos, es un arte de la escucha y del reconocimiento. En eso radica su belleza y también su resistencia al paso del tiempo y de las inclemencias que tendrá que enfrentar.
La unidad es el anhelo, las ansias de un Pueblo… ¿ Quienes somos los militantes para obstaculizar un deseo del Pueblo Argentino ?
Un acuerdo sincero entre un gran número de dirigentes no se mantendrá unido por la autoridad de las partes o por la suma de voluntades de los mismo. sino por la observancia de una militancia convencida en esa Garantía de prosperidad que es la Unión de fuerzas y un pueblo movilizado en abandonar tiempos de grieta y ajuste con marketing electoral. Así el Pueblo de asegura ser la masa que de impulso a las transformaciones de ese órgano de unidad.
La unidad reclama que nos escuchemos, pero principalmente que nos reconozcamos.
Esto nos introduce en el camino de la solidaridad como forma de tejer la unidad, como forma de construir la historia; esa solidaridad que nos lleva a decir: nos necesitamos desde nuestras diferencias para que esta tierra siga siendo bella. Es la única arma que tenemos contra la ‘deforestación’ de la esperanza.
La unidad, si quiere construirse desde el reconocimiento y la solidaridad, no puede aceptar cualquier medio para lograr este fin. Existen dos formas de violencia que más que impulsar los procesos de unidad y reconciliación terminan amenazándolos ; en primer lugar, debemos estar atentos a la elaboración de ‘bellos’ acuerdos que nunca llegan a concretarse. Bonitas palabras, planes acabados, sí —y necesarios—, pero que al no volverse concretos terminan ‘borrando con el codo, lo escrito con la mano’ y esto también es violencia, porque frustra la esperanza. En segundo lugar, es imprescindible defender que una cultura del reconocimiento mutuo no puede construirse en base a la violencia y destrucción que termina cobrándose voluntades.
No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división. La violencia llama a la violencia, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa.
Por eso decimos: «no al YO SOY LA UNIDAD» que destruye, en ninguna de sus dos formas.
Busquemos, y no nos cansemos de buscar el diálogo para la unidad.
¡Cuánto camino a recorrer, cuánto camino para aprender!
TODOS UNIDOS TRIUNFAREMOS…
un anhelo hondo que brota no sólo de nuestros corazones, sino que resuena como un grito, como un canto para la JUSTICIA SOCIAL.
Por eso,COMPAÑEROS, por los hijos de esta tierra, por los hijos de sus hijos digamos en cada encuentro, en cada reunión, en cada plenario «»QUEREMOS LA UNIDAD »
Un militante.
N d R: Enviado por Miguel Gonzáles Barbieri (Banderaló)