Una mujer, que cumple arresto domiciliario, asegura que no entregará a su hijo menor de 5 años

Lucía Sosa fue condenada por venta de estupefacientes en Febrero de este año y desde entonces cuenta con el beneficio del arresto domiciliario, otorgado por el juez entendiendo que esa condición la mantendría con sus hijos.

La mujer vive en la casa de su padre ubicada sobre la calle Tucumán del barrio Trocha; allí recibió a Distrito Interior para contar cuál es su situación, la que a partir de hoy se puede agravar por la decisión que acaba de tomar.

El 3 de Junio de este año Sosa viola el arresto domiciliario y vuelve a ser puesta a disposición de la autoridad judiciales que vuelve a otorgarle el beneficio, resegando a nuestra ciudad el 7 de ese mismo mes.

Pero 30 días más tarde las cosas cambiarían para ella, ya que el 7 de Julio deciden retirarle el hijo menor (es madre de uno de 10 y actualmente espera un bebé) y dárselo con una guarda provisoria a una tía del papá del menor.

Desde entonces, por el término de 120 días, el niño tiene una rutina que incluye, además de asistir a un jardín maternal, ver y estar con su madre tres horas diarias.

Para cumplir con ello, su madrina, hermana de la detenida, se encarga de la «devolución».

Hoy, al cumplirse el plazo estipulado, pero habiendo una demora en la posible vuelta de su hijo junto a ella, ya que su ex pareja ha solicitado una pericia psicológica y al parecer la prórroga de la guarda; Sosa ha decidido que su hijo no se vaya de su lado aunque eso vuelva a complicar su situación.

Asumiendo su responsabilidad en la venta de drogas por la que está purgando la condena y confesándose adicta en recuperación para lo que está llevando a cabo un tratamiento con éxito, de acuerdo a sus palabras, la mujer entiende que su hijo no es un «celular» al que se puede manipular como un objeto; por el contrario, muchas veces el niño le manifiesta querer quedarse en cada visita y hasta esa situación ha afectado en la escuela al hijo mayor, comentó.

Lo detallado es razón más que suficiente para declarase en rebeldía si fuera necesario, sostiene.

Y argumenta que más allá de haber violado el arresto domiciliario por salir a buscar pañales, nunca tuvieron ella y sus hijos un problema en la relación y la crianza.

Angustiada y decidida, se muestra convencida de la lucha que sabe, acaba de librar.

Exponerme a la opinión púbica, es lo que tengo para que alguien me de la respuesta que busco y hasta el momento parece, nadie puede darme, dijo.