Los restos de la maestra jardinera asesinada ya descansan en el cementerio de Villa Saboya
El asesinato de Lucrecia Lietzman dejó a una comunidad en silencio.
Esta tarde alrededor de las 18:30, una ambulancia arribó al cementerio del pueblo en el que encontró la muerte, el ataúd con los restos de la docente.
Profundo dolor de una comunidad que no sale del asombro, conmovida, por el final de dos de sus habitantes.
Al momento de la llegada del cortejo, se vivieron momentos de tensión por el reclamo, entendible, pero no justificado, que algunos de los familiares directos hicieron a Distrito Interior, único medio presente en el lugar.
A los restos los acompañó hasta su última morada buena parte de la comunidad, que aguardó bajo la suave llovizna de la tarde; algunas docentes, autoridades educativas distritales, el intendente municipal, entre otros.
Al momento del ingreso al cementerio, se oyó una voz que manifestó enojo con la Policía; luego un aplauso cerrado culminó con la ceremonia.
En instantes, imágenes, datos y testimonios recogidos en el lugar.