Roberto Sorondo, hoy tres años de su desaparición
Desde el 28 de Julio del 2014 nada se sabe del hombre que fue visto por última vez en General Villegas.
A partir de allí el gran interrogante es qué pasó con el.
Las pocas certezas que existen giran en torno a las últimas personas con las que estuvo, la aparición de su auto, la comprobación que las manchas de sangre halladas en el baúl de su auto abandonado le pertenecían y algún dato más que fueron apareciendo durante la investigación que tuvo momentos de dedicado trabajo.
Pero lamentablemente hasta el momento su paradero (y destino) siguen siendo una incógnita.
Actualmente se observan algunos lugares en los que aún permanece su imagen recordándonos que todavía sigue sin aparecer. (Las fotografías fueron tomadas por este medio en la terminal de ómnibus de General Pinto y en la puerta de un local ubicado en Av. Mitre de General Villegas, la de portada).
El siguiente es un extracto de un artículo publicado por el diario La Verdad en 2016:
Un 28 de julio de 2014 Dante Pablo Codutti radicaba la denuncia, en la Policía Comunal de General Villegas, por la desaparición física de Roberto Sorondo, un comerciante de 59 años de edad. A partir de ese momento empezó una verdadera pesadilla para la familia, más específicamente para sus dos hijos, quienes comenzaron una intensa búsqueda que, lamentablemente, no arrojó resultados positivos.
Desde ese momento pasaron muchas cosas para que, paradójicamente, todo quedara igual. Tras la desaparición de Sorondo, la ciudad se convulsionó con el arribo de la Policía Científica de Pehuajó; la División de Canes de Hurlingham; la Dirección de Caballería de Avellaneda; la Infantería; la Dirección de Explosivos de Junín y Pehuajó; la Dirección de Bomberos de Pehuajó; la DDI de Trenque Lauquen y Pehuajó; el grupo GAD de Trenque Lauquen, entre otros.
El lunes 28 de julio de 2014, entre las 17 y las 18, Sorondo fue hasta el centro a hacer unas compras y desapareció. A la noche un amigo hizo la denuncia en la Comisaría 1° de Villegas.
El hombre se dedica a la venta de granos, semillas y todo lo que tenga que ver con la cosecha. Nació en Capital Federal pero se casó con una docente de Villegas y se mudó al pueblo con ella. Allí tuvo dos hijos: Magdalena (27) y Matías (31).
Auto abandonado. A poco de difundirse la desaparición de Sorondo en los medios, el vehículo en el que éste se movilizaba (un VW Polo gris, patente FDK 829) fue localizado a metros del cruce de las rutas 33 y 188, en el estacionamiento de la gomería de Albiero.
Allí se acercaron los efectivos, también los peritos e incluso el fiscal Flores, quien interviene en la causa.
Si bien el auto no presentaba signos de violencia que evidenciaran, por ejemplo, un intento de robo, hubo algunos indicios que hicieron dudar desde un principio que se tratara de una desaparición voluntaria: tal es el caso de la cédula azul encontrada en el piso, las llaves del vehículo que no se hallaban en su interior, algunos bienes personales que fueron quemados en las inmediaciones, reconocidos por los hijos de Sorondo, rastros de barro y gramilla en todo el rodado, y lo más sospechoso de todo: una mancha de sangre en el baúl.
Bianchi, el único sospechoso. Una de las principales líneas en la investigación realizada por la policía señalaba a Walter Bianchi como presunto sospechoso. La prueba era una imagen captada por las cámaras municipales donde se veía a Roberto Sorondo ingresando en la quinta de Bianchi. Por tal motivo, se procedió a hacer un importante operativo de búsqueda en dicha propiedad ubicada en el acceso ruta Nº 33.
Allí se buscó en el pozo ciego (que contaría con dos cámaras) y en el aljibe de la quinta. Intervinieron Bomberos Voluntarios para vaciar y rastrillar el aljibe, mientras que el pozo ciego fue vaciado por un camión atmosférico. No se encontraron mayores indicios. Sólo se procedió a secuestrar un hacha que tenía una mancha de sangre, pero nunca se pudo comprobar que la misma fuera de un ser humano. La cantidad de sangre hallada era mínima, lo que hacía casi imposible realizar los peritajes correspondientes. También llegó a secuestrarse una camioneta que Bianchi había vendido en Junín, pero nunca se hallaron pruebas que lo vincularan con la causa.
Bianchi prestó declaración en calidad de testigo, puesto que fue una de las últimas personas que vio con vida a Sorondo.
Dos ADN, uno desconocido. Los resultados de las pericias realizadas en Junín arrojaron que la sangre hallada en el baúl del vehículo era, efectivamente, del desaparecido.
Otro dato fundamental fue el hallazgo de ADN que no se corresponde con el patrón genético del desaparecido o sus hijos, sino que se trata de rastros de ADN pertenecientes a un tercero cuya identidad se desconoce. La información, al igual que en el caso de la sangre, provino de los estudios efectuados por el laboratorio pericial de Junín.
Lamentablemente nunca se pudo determinar a quién pertenecía dicha muestra de ADN, pero se especulaba que este dato haría cambiar la carátula de la causa para tratar de llevar adelante peritajes que permitieran establecer la identidad de esa persona que había estado en el auto de Roberto Sorondo.
Si bien estos datos reveladores y el informe final del laboratorio pericial de Junín no permitieron develar el paradero de Roberto Sorondo, se estimaba que podrían aportar un vuelco de 180 grados en la investigación, sobre todo cambiando la carátula de la causa por otra que permita imputar a sospechosos y realizar otro tipo de pesquisas, mucho más profundas.
Para ello se necesitaba que el fiscal Flores solicite el tan anhelado cambio de carátula a la Jueza Alicia Cardossi, que entiende en la causa; pero eso nunca ocurrió y hasta el momento la familia sigue aguardando con angustia.
Reactivar la causa.
URGENTE!
Caso Sorondo
Necesito una revisión de lo q paso! Habla su hija nunca nombrada!
Verdad y justicia!