«Mi manera de ver lo ocurrido en Olavarría» – Escribe Sergio Santos (*)

La verdad nunca fui ricotero, no me sé ni una letra y a pesar de reconocerlas jamás me dió por tararear un melodía ni comprarme un disco de los Redondos o del Indio, por lo tanto nunca me prendió la vacuna ni se me dió por ir o anhelar ir a una de sus famosas «misas», pero si me causó admiración siempre su convocatoria y las cosas que hacen y las peripecias que pasan sus fans, sólo para ver a su ídolo, y siempre pensando que va a ser la última (que convengamos es una excelente estrategia comercial). No me atrevería a juzgar la responsabilidad o no del Indio, o de su productora, y eso ya está judicializado, así que se debería dilucidar sin que se lo deba crucificar por adelantado sin muchos más datos que los periodísticos, que todos ya sabemos se ocupan de desinformarnos y trabajan más de nuestros prejuicios vertidos en sus foros que de su propia investigación la mayoría de las veces. De todos modos tampoco creo en la teoría de la conspiración de que le caen al negocio del Indio, por lo ocurrido en Olavarría, porque no sería macrista o sería kirchnerista. Personalmente creo que el Indio, una verdadera mega estrella, capaz de reunir y cobrando encima 200 o 300 o los cientos de miles de personas que se les ocurran decir a los medios, cosa que no pueden hacer, ni llevándolos a la rastra o dándoles un viático, ninguno de los espacios políticos y menos aún un político por él mismo, a estas alturas es simple y solamente «solarista». Ahora, el nivel de hipocresía de Macri y Vidal es incuestionable, hablando de que estas cosas pasan cuando se rompen las reglas, y acto seguido cargan, ni siquiera como ganado y más bien como cosas o descartes, de a montones, en camiones volcadores de basura, de deshechos de frigoríficos, o transportadores de cualquier porquería, enviados desde el gobierno, a las personas que quedaron varadas (por lo que sea) luego del recital. Se ven las imágenes de esos montones de personas colgados de esos camiones como pudieran, sin ningún tipo de control, con un tránsito endemoniado, y donde no se produjeron muertes por obra de la casualidad únicamente o a lo mejor las hubo, pero no son importantes periodísticamente. Y parrafo aparte para el intendente de Olavarría, primero la fue de popular permitiendo el recital, lo que lo hace principal responsable de lo que pueda pasar, ya que si a su municipio le sirve económicamente y a él políticamente, no puede ser un gerente de una Sociedad de «Responsabilidad Limitada» (cosa muy común entre los funcionarios de la alianza Cambiemos) cuando la cosa se desmadra, y en gran medida por imprevisión estatal.

(*) Concejal del bloque unipersonal Frente de Izquierda (Gral. Pinto)