Una noticia de la que poco se dijo y afecta a muchos. El ataque reciente a la Virgen en el cementerio de Malvinas
A raíz de un reportaje a la madre de un Héroe de Malvinas, la que publicaremos en breve, supimos del ataque contra la imagen de la Virgen de Luján que preside el Lugar Histórico y Cementerio de Guerra de Darwin, en la Isla Soledad.
Lamentablemente de estas cosas poco se sabe o casi nada se informa; por el contrario, pareciera que todo está bien en un lugar donde ya ha habido muestras de intolerancia hacia un recuerdo vivo que por este lado del mundo sigue doliendo.
Prohibido olvidar, prohibido mirar para otro lado.
El siguiente texto fue publicado por Delmira Esther Hasenclever el pasado 29 de Enero y en él relata con detalle y autoridad lo ocurrido.
«Dos ataques sufrió la Imagen de la Virgen de Luján que preside el Lugar Histórico y Cementerio de Guerra de Darwin, en la Isla Soledad.
El primero de ellos, en junio de 2012, tres meses después del envío de la nota por parte de la ex Presidente de la Nación al Comité Internacional de la Cruz Roja solicitando la realización de pericias forenses sobre los restos de los soldados argentinos sepultados en el Cementerio de Darwin en tumbas no localizadas.
La segunda ocurrió recientemente, pocas semanas después del mandato suscripto entre los gobiernos de la República Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte hacia el Comité Internacional de la Cruz Roja para la realización de las pericias mencionadas.
En esta segunda ocasión, el perpetrador o los perpetradores del atentado lograron su cometido: destruir la Imagen de Nuestra Señora de Luján, dejando vacío su manto y sin llevarse el único objeto de valor material, como es la Corona –plagada de piedras valiosas y recubierta de oro-.
Este acto vandálico y ominoso, que manifiesta la intolerancia religiosa y el irrespeto por nuestros queridos muertos, parece querer decirnos: “…así como dejamos desierta esta imagen, así les vaciaremos las tumbas de sus soldados….”
Desde febrero de 1983, fecha en que los británicos construyeron el Cementerio de Darwin luego de profanar las tumbas de guerra de nuestros Héroes dispersos por los distintos campos de batalla, hasta abril de 2004, en que la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur –sin apoyo del Estado Nacional y con el compromiso del empresario Eduardo Eurnekián-, terminó la construcción del Monumento en memoria de los soldados argentinos caídos en acción, no hubo un solo acto profanatorio.
Tampoco lo hubo desde ese momento hasta octubre de 2009, cuando pudimos inaugurar el Monumento con la visita de 400 familiares y con la ceremonia de la Entronización de Nuestra Señora de Luján, para presidir a perpetuidad el Cementerio de Guerra. Y desde esa fecha, hasta 2012, no se registró ningún ataque al camposanto ni a los símbolos que contiene.
¿Qué había ocurrido hasta el primer atentado, para que no se manifestase anteriormente muestras de odio o de intolerancia como las vividas en la actualidad?
Los Familiares de los Héroes habían logrado en marzo de 1991 la realización del primer viaje al Cementerio de Darwin para honrar a sus seres queridos en donde yacen sepultados y avanzar en la construcción de su duelo.
Desde 1996 hasta el 2000, se realizaron una veintena de viajes, donde no sólo no se produjo ningún incidente con los isleños, sino que se fue construyendo una relación humana, respetuosa y cordial. Incluso, hasta se realizaron ceremonias religiosas conjuntas, tanto en el Cementerio de Darwin como en el Cementerio de San Carlos, donde yacen los pocos soldados británicos que la potencia colonial decidió no repatriar.
Durante el largo proceso de negociaciones que la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas realizó con los británicos para la construcción del Monumento en Darwin, las reglas fueron claras: los familiares de los Héroes argentinos no renunciábamos a nuestra convicción que las Islas son argentinas, pero las conversaciones se ceñían estrictamente a la cuestión humanitaria, mientras que los Gobiernos suscribían una Declaración Conjunta donde se definió a la construcción del Monumento como parte de la “creación de la confianza recíproca”.
A la ceremonia de inauguración, además de los familiares de los Héroes argentinos y los sacerdotes que oficiaron la ceremonia religiosa – Monseñor Juan Carlos Romanín, Obispo de Santa Cruz y el R.P VGM Vicente Martínez Torrents-, concurrieron isleños y militares británicos. Todo en un absoluto respeto.
En ese marco, a ningún loquito se le podía ocurrir atentar contra la dignidad de los Héroes o contra los símbolos de nuestra Fe mayoritaria.
Todo cambió con la iniciativa promovida por el propio gobierno argentino de realizar las pericias forenses sobre los restos de los Héroes. Con argumentos falsos, como el de restituir el “derecho a la identidad” de los soldados argentinos que yacen en tumbas sin localización. Porque, como lo dijimos mil veces, en Malvinas no hay “N.N.”. Hay soldados reconocidos por el pueblo y por el Estado argentinos. No hay ninguna duda sobre la identidad de los Héroes Nacionales que cayeron peleando contra la nueva invasión inglesa de 1982. Sólo se trata de la localización de sus tumbas.
Aquí comenzó el intento de desacralización del Cementerio de Darwin, de los Héroes que yacen en sus tumbas y de los símbolos patrióticos y religiosos que conforman el Monumento.
Es indudable que los ataques van dirigidos al corazón de nuestra identidad como pueblo y como Nación. Porque, más allá del respeto a todos los credos que caracteriza a nuestra cultura, es indudable que la mayoría de las grandes movilizaciones de nuestro pueblo – semi-ocultas y silenciadas por los grandes medios de prensa-, son las Peregrinaciones de la Virgen María en sus distintas Advocaciones, en diversos puntos del país. Y, junto a ello, el indudable homenaje que la inmensa mayoría de nuestra comunidad les rinde a los Héroes Nacionales Caídos en Malvinas e islas del Atlántico Sur.
En la nota que cursó la Cancillería argentina a la Embajada británica con motivo de los actos de vandalismo perpetrados en el Cementerio de Darwin, se afirma que
“Los daños al Monumento….resultan particularmente lamentables teniendo en cuenta la reciente firma por ambos Gobiernos de los instrumentos que permitirán, con la colaboración de la Cruz Roja, la identificación de los soldados argentinos inhumados sin identificar en el cementerio de Darwin. La Cancillería manifestó que este avance significativo en tan sensible cuestión humanitaria no se condice con la intolerancia y violencia demostrada por quienes atentaran contra el lugar de descanso de los combatientes argentinos caídos en 1982”.
Por el contrario, creemos que los actos de vandalismo son una consecuencia de una iniciativa que puso en cuestión la condición de Héroes de nuestros soldados caídos, y la sacralidad de sus restos y del Cementerio. En base a mentiras y manipulaciones, fue el propio Estado Nacional, a través de dos gobiernos sucesivos, quienes abrieron la posibilidad para que el odio y la intolerancia se manifiesten hasta la demencia. Y para que, luego de realizarse las pericias, se cumpla con la pretensión británica de trasladar los cuerpos de los Héroes Nacionales desde las Islas hacia el continente.
En todos los órdenes de la vida, pero especialmente en nuestra asimétrica relación con los británicos, impera un principio: “Respétate, para que te respeten”. No parece ser esa la práctica de nuestra pretendida clase dirigente.»