Crónica de un bache con final felíz (cronológicamente fotografiado)
La historia transcurrió en calle Sarmiento entre Vieytes y Paso. Los vecinos registraron en fotografías los distintos estados por los que pasó el protagonista.
«Río Sarmiento», con ese nombre identificaron al accidente geográfico artificial. Es que desde el mes de Noviembre de 2012 debieron luchar y convivir con los inconvenientes que el mismo les generó a propios y ajenos.
La aparente rotura de un caño subterráneo, generó que emergiera hacia la superficie una cantidad muy importante de agua que, entre otras cosas, fue deteriorando el asfalto lo que por mucho tiempo motivó reiterados reclamos, hasta que un día, ya sobre fines de año, personal de ABSA trabajó en del problema, aportando solución parcial.
En realidad, faltaría un tiempo más para que el lugar estuviera necesariamente transitable sin inconvenientes. Una vez controlada la adulta pérdida, se debería tapar el pozo seco. Al parecer, ese tramo de la historia no le correspondería escribirla a ABSA. Tampoco dieron con quien en realidad debiera y para no dilatar la espera, teniendo en cuenta los antecedentes que pesaban, a esta altura del culebrón, decidieron asumir la responsabilidad y taparlo como sea. Para tal fin contrataron un albañil, se hicieron cargo de los gastos y hasta atendieron la señalización durante su fraguado, de la misma manera que lo hicieron en los tiempos de la profunda presencia del bache.
Hoy, si no le cuentan, casi no percibe que allí, justo frente al taller de Juan Carlos Rodríguez hubo un bache como tantos otros, que, originados por distintos motivos, presenta la ciudad.
Esta vez, los vecinos, asumiendo eso de que entre todos podemos hacer una mejor ciudad, tomaron la iniciativa, ignorando quizá, que de esa manera contribuyen a que quienes deban intervenir en estas cuestiones, sigan mirando muchas veces para otro lado.
Lo bueno: Ya no será necesario reclamar. Conclusión: A los problemas hay que buscarle solución.