Como tantas veces, ustedes, nuestros lectores, nuestros amigos, son testigos y a la vez cronistas de sus propias historias, tal el caso de este villeguense que decidió registrar su paso por un tramo de la traza nacional entre Cañada Seca y Rufino en el mismo momento que caía el día y los pozos le exigían maniobras bruscas, por momentos al tiempo que de frente circulaban vehículos de diferente porte.
Las imágenes, que nos eximen de cualquier descripción, son contundentes.
Desesperado relato de una vecina sobre su viaje en la ruta 33, «la maldita ruta 33», la llamó
Así titula una nota Diario Líder que refleja uno d elos tantos testimonios surgido luego de haber pasado por la experiencia de viajar por la ruta nacional N° 33
Viajaron el pasado sábado de América a Cochicó, pero el domingo cuando regresaban a su ciudad se »metieron» en un gran pozo, en la 33, y casi terminan debajo de un camión. Los salvó el conductor, pero rompieron cubierta y llanta. El mismo fin de semana, esto le habría pasado a varios.
En las últimas horas y a través de la red social Facebook una vecina de la localidad de América detalló en una publicación la odisea que les tocó vivir el pasado fin de semana cuando viajaron desde su ciudad hasta el balneario de Cochicó, en el distrito de Guaminí.
Y porqué decimos que fue una odisea, porque viajar en la ruta 33, en el estado en que se encuentra desde hace varios años, es eso un viaje del cual nadie sabe si vuelve. Y este es el fiel rteflejo de esta situación donde al »agarrar» un gran pozo los vecinos de América casi terminan debajo de un camión. Otro llamado de atención a los gobernantes de la Provincia de Buenos Aires que vienen prometiendo desde hace años soluciones que no llegan.
La vecina comenzó con su historia de la siguiente manera: »Hola buenas tardes a todos, ya que todo pasó, estoy mejor de los nervios y voy a contar lo sucedido el domingo -18/12/16- en la maldita ruta 33», dijo en primera instancia.
Luego remarcó: »Decidimos con nuestros amigos Noe, Lu y su marido a ir a un encuentros de autos y de paso pasar un finde diferente. Salimos el sábado 17 a las 20 donde al parecer ya no era nuestro dia. Hicimos un trecho bastante largo donde se empezó a ver muy feo el día hasta que de repente lluvia, lluvia y más lluvia, bueno, en ese momento de tanta agua nos rompió un limpia parabrisas».
Paro la odisea continuó: »Llegamos al lugar tan esperado que era Cochicó lloviendo, así que esperamos que parará un rato y empezamos a armar carpa, pasamos toda la noche con viento lluvia y un poco de frío. Al día siguiente seguía lloviendo pero para las 11 más o menos limpió un día hermoso», comentó entre otras cuestiones.
»Salimos de vuelta para América más o menos a las 20 horas. En un trecho a nuestro amigo José le empieza a fallar el auto, frenamos. Lo vieron, acomodaron algo y salimos, al poco tiempo de nuevo y así susesivamente. Cuando llegamos a la maldita ruta 33, que es una mierda, está llena de pozos. Íbamos esquivando pozos cuando a lo lejos viene un camión, de repente se acercaba el camión y agarramos el maldito pozo, ese grandísimo que entra la rueda completa», resaltó.
Y continuó: »Cuando agarramos el pozo, al reventar la cubierta el auto tomó para el lado del camión, fueron segundos donde pensé que esta historia no la iba a poder contar, mi marido Dario que gracias a dios no se abatató, le chanto los frenos, pegó un bolantazo y lo pudo llevar el auto a la banquina, gracias a él hoy estamos acá».
Pero la historia no terminó ahí: »Cuando nos bajamos la cubierta, llanta, todo roto. Cambiamos las cosas y cuando salimos era imposible sostenerlo. Pero no sólo nosotros nos comimos ese pozo sino que nuestros amigos también, fue muy poco pero también la rompió a la llanta, más el susto y creo que no somos los únicos tampoco».
Al finalizar la vecina de América lanzó una pregunta, la que todos nos hacemos: »¿Qué esperan a que esto termine en tragedia? qué lastima, nosotros gracias a Dios lo podemos cointar y estamos todos bien», resaltó indignada.
El Pro antes de asumir dijo que la iba a arreglar.