Vecinos de Cañada Seca denuncian el asedio permanente de una mujer presuntamente insana
La situación a la que refiere el título fue planteada en las últimas horas a Distrito Interior por una de las familias que cree haber agotado todas las instancias en el pedido de atención para una mujer de unos 73 años que desde hace aproximadamente 8 meses ha vuelto un calvario la vida de los vecinos con sus actitudes y reacciones.
Sergio Pereyra, la persona con la mantuvimos el contacto, es propietario junto a su esposa, Isabel Denes, de un comercio dedicado al rubro rotisería («Como en casa») que se encuentra ubicado sobre la calle San Martín, frente a la estación del Ferrocarril.
En su barrio vive la mujer en cuestión.
Asegura que la misma tiene alteraciones mentales (no estaría perdida) propias de una patología que requiere un tratamiento especial, el que no estaría recibiendo, por lo que la convivencia con el resto de la gente del lugar está volviéndose insoportable y peligrosa.
«En la cuadra hay una conocida vecina que tuvo una desgracia con un hijo y es frecuente que la ataque diciéndole las peores cosas que se pueda imaginar sobre tan lamentable episodio; esa madre que sufrió tamaña pérdida, está enfermándose por lo que está viviendo, sostuvo nuestra fuente, que también agregó: «Nosotros hemos perdido clientes que ya no vienen a compararnos por los momentos a los que deben exponerse por esta señora, realmente nos superó la situación», sostuvo.
La mujer vive sola y es madre de dos hijos mayores, quienes la visitan diariamente pero no más que eso. Se les ha comunicado lo que está ocurriendo y el caso ha sido planteado al Delegado Municipal, Diego Dominguez y al Encargado del Destacamento Policial, de apellido Grinsani, pero nada han podido hacer al respecto.
«Llevamos el planteo de lo que estamos viviendo a los medios porque es el último recurso; cualquiera que pase por nuestra cuadra podrá comprobar lo que hoy hacemos público, es imposible seguir con esta situación».
«El próximo paso es ir directamente a Fiscalía y denunciar el problema como abandono de persona para que la justicia actúe por el bien de todos, finalizó angustiado y esperanzado a la vez.