33, la nueva ruta de la muerte
Los reiterados episodios ocurridos sobre su traza, tanto en el tramo que une General Villegas con Rufino, como con América, algunos de los cuales han sido fatales, han hecho reaccionar al pueblo que ya la denomina «la nueva ruta de la muerte».
El deceso más reciente fue el de Jonathan Cruz Ortiz (foto), joven oriundo de Piedritas, a quien su hermano y un amigo quedaron esperando en General Villegas para cenar juntos. Ese era el objetivo de su viaje, el último que realizaría cuando fue embestido por una camioneta cuando, aparentemente, ésta intentaba sobrepasar a otro vehículo.
A este se le suman otros que van desde vuelcos, pasando por despistes y roces, hasta choques frontales, algunos con saldo fatal, otros solo con daños materiales.
En cualquiera de los casos, hechos que requieren del despliegue de Bomberos, Policia, Hospital, Centros de Salud y otros, salvo de la clase política, funcionarios de todos los ámbitos, dirigentes, que en su gran mayoría se han manifestado en favor del pueblo pero en la práctica han resultado hasta ahora, un fracaso.
Esto no ocurrió en la década pasada, ni en los últimos ocho meses, lamentablemente data de más tiempo; en otras palabras, nadie, sin excepción, ha podido dar solución o respuesta y lo que es peor aún, nos permite pensar como ciudadanos de este rincón del país, que hemos estado (y/o estamos) en manos de ineptos o personas insensibles ante los problemas de la gente a la que representan y por la que tienen que velar.
El quejarse o lamentarse no sirve, como tampoco permitir que se sigan escribiendo las estadísticas con sangre.
Aunque suene poético debemos decir que hasta acá, el pueblo que es un gigante, estuvo adormecido, pero está claro que ha comenzado a despertar y eso lo deben saber quienes aceptaron el reto de cambiar las cosas.
Ya no sirven las excusas, ni los tonos solemnes, ni los pases de facturas, ni los palos en la rueda. Desde el oficialismo o desde la oposición, esto lo resuelve la política, por lo tanto para que ninguna vida perdida haya sido en vano, es hora de hacer, basta de decir !.