Solidaridad por la escuela Nº 46
Como estaba previsto, atletismo y música unidos para dar una gran mano.
La fuerte tormenta del 24 de Diciembre pasado, se llevó por completo el techo de la escuela 46, pero reactivó la solidaridad de la comunidad que en forma espontánea reaccionó.
Finalmente con un día que acompañó de manera inmejorable desde lo climático se pudieron desarrollar las dos acciones previstas, por un lado la maratón y caminata y más tarde el gran fogón que reunió todos los géneros musicales.
La prueba atlética, organizada por el Círculo de Atletas, que tiene su campo de entrenamiento frente al establecimiento, comenzó pasadas las 19:30 horas con un recorrido por las calles del barrio bajo la modalidad de maratón y caminata. En total cerca de 170 inscriptos le dijeron sí a la propuesta.
Si bien todo fue de manera participativa, hubo un ganador, en realidad dos; los hermanos Walter y Osvaldo Barreto, que cruzaron primeros la meta. También lo hizo, sin que el puesto importara, ya que él mismo lo resalta, «corro porque fue bueno para curar el asma y ahora me divierte y resulta saludable»; Gustavo «pollo» Librandi de General Pinto. Este atleta tiene asistencia casi perfecta a casi todas las pruebas atléticas que se desarrollan en unos cuantos kilómetros a la redonda de su ciudad natal.
Como este, muchos otros ejemplos de gente de la zona que estuvo presente, aportando a la causa.
Mientras esto se iba desarrollando, en otro sector de los alrededores de la escuela se iba armando el fogón; para ello, las primeras bandas comenzaban a armar sus instrumentos sobre el escenario, al tiempo que la gente de apoco se iba acomodando en sus lugares, los integrantes de cooperadoras de otros establecimientos educativos, entidades intermedias, etc, en las cantinas, de la misma manera que en otros lugares, sumando con lo suyo, sobre todo, tiempo y dedicación, para lo que sería la atención a una verdadera multitud que se concentró en el lugar por muchas horas, hasta la madrugada.
Todo fue iluminándose con el caer del día. Lo que más brillo fue, sin duda alguna, la solidaridad y madurez de una sociedad que más allá de saber, en su mayoría, que las distintas partes responsables de responder por la reinstalación del techo siniestrado lo están haciendo, sobre todo el municipio que inició, a través de una empresa contratada, la remoción de escombros, chapas y todo lo que deba ser reemplazado o rediseñado, hasta tanto la provincia y/o la nación respondan en hechos; le dijo sí a algo que es del, para y por el pueblo (esta vez, más que nunca), como lo es la Educación.
Alba Zatón, directora de la institución contó a Distrito Interior, que todo lo recaudado (aún no determinado el monto total) durante esta jornada, será aplicado al mobiliario, equipos de tecnología, libros, etc, que fueron dañados por la acción del viento y más tarde por la luvia, en aquella noche en vísperas de Navidad. Las pérdidas en ese sentido, fueron totales. No es la refundación de la escuela, porque el espíritu está y estuvo intacto; no así una parte de lo estructural que seguirá albergando a la matrícula en su totalidad bajo un techo, ahora nuevo (y reforzado).