General Villegas cuenta con nuevo comedor barrial
Lo que comenzó como un encuentro con copa de leche y otras actividades para los más chicos del barrio conocido como «La quinta de Migliore»; donde hay 11 casas carentes de casi todos los servicios básicos, hoy funciona un comedor, que este fin de semana le dio de comer a unos 60 chicos aproximadamente.
La iniciativa partió de Ludmila Echeverría y su compañero, ambos concurrentes a la iglesia Bienvenido Espíritu Santo, cuyo líder espiritual es el pastor Miguel Becerra.
Esta nueva vida que pretende para sí, hizo que Lidmila, se viera motivada a llevar adelante esta acción al observar las necesidades tanto espirituales como económicas del barrio.
Así surgió que los fines de semana se realizaran diferentes actividades recreativas y diera una taza de leche a los más chicos, pero rápidamente la realidad los empujó a que la casa Nº 11 se convirtiera en el comedor que es, quedando además chica para la cantidad de concurrentes, motivo por el cual, comen al aire libre, en la vereda y parte del patio delantero.
Primero pusimos una mesa y unos bancos que nosotros mismos construimos con palets, pero no alcanzó y tuvimos que hacer más; vienen muchos, inclusive de los alrededores a los que de ninguna manera podemos decirles que no, comentó Ludmila a Distrito Interior.
Con respecto al sostenimiento del mismo, los dueños de casa contribuyen con lo que pueden; aunque están recibiendo las primeras donaciones de la gente que poco a poco se va enterando y desde la iglesia han abierto una cuenta en una despensa de la que se van proveyendo.
Todo sucedió muy rápido, de repente nos encontramos embarcados en este desafío al que le ponemos todo. Hay chicos que solamente recibirán durante el fin de semana esta comida; es triste pero es la realidad con la que estamos conviviendo, sostuvo la dueña de casa a quien acompañaba Becerra.
Este último destacó el esfuerzo de ese día para contratar un pelotero, al tiempo que agradeció la donación de un metegol para que no todo se centre en recibir alimento. Los acompañamos en lo que podemos. Es una alegría enorme poder hacer algo por los más chicos, pero nos entristecemos porque eso se debe a la gran necesidad, finalizó.
En momentos de crisis siempre aparecen estos comedores. Que lástima que estas familias deban llevar a sus hijos a un comedor barrial por falta de la asistencia del Estado municipal. De no haberles quitado la mercadería que recibían seguro esto no pasaba y esta gente con un corazón enorme no tendrían que hacerlo más allá de su vocación de servicio hacia el prójimo.