Banderaló: «Que el pueblo sepa que el pueblo puede»
La frase entre comillas, es el título del libro escrito por Analía Chabeldín, financiado por las entidades agropecuarias villeguenses participantes en la llamada «gesta del campo», en la protesta que el sector protagonizó por la Resolución 125 (retenciones móviles), como una manera de dejar precedentes de lo que el pueblo unido es capaz de lograr. En un país republicano como el nuestro, todo (si se lo propone).
Importante es destacar que existen algunas particularidades y diferencias con lo ocurrido en la última o primera localidad de la provincia de Buenos Aires (según de que lado se lo mire).
Entre la particularidades, uno de los activistas más salientes que tuvo la protesta agraria del 2009 fue Guillermo Belloso, ayer dirigente de la filial local de F.A.A., luego concejal y hoy Director Vial de este distrito. El haber estado de los dos lados, sin dudas lo encuentra mas sensibilizado que a varios de los funcionarios; sin importar el rango (municipal, provincial o nacional).
La diferencia más notable y que casi nos exime de explicación, es que, aunque con algunas repercusiones posiblemente posteriores sobre varios sectores de la sociedad, el reclamo anterior fue del campo, el de Banderaló fue del pueblo (en el más amplio sentido de la palabra) y con consecuencias inmediatas sobre todos los sectores.
A parir de este análisis, que se puede compartir o no, como todo en democracia, avanzamos sobre lo que debe ser la crónica de un día agitado.
Las primeras señales de lo que la naturaleza estaba haciendo se observaron la tarde del domingo, con el avance del agua hasta comenzar a vulnerar algunas barreras de contención; lo que en la comunidad estaba sintiendo, la noche del mismo día, con lo expresado a través de algunas redes sociales, más allá de lo que íbamos recibiendo los medios.
Así fue que la Dirección Vial montó una guardia para monitorear la situación que se vio colapsada por la mismísima realidad.
La masa hídrica aumentó y la gente se paró sobre la ruta.
Sólo a partir de allí, como en 2001, pudieron lograr que alguien los escuche o «les siguiera la corriente (sic)».
A media mañana con la quema de gomas, la interrupción del tránsito y la amenaza de cortar la ruta a la altura de las alcantarillas, comenzaron en principio a hacerse eco los medios de comunicación y en consecuencia los funcionarios de turno, hasta llegar a la acción más concreta que fue la llegada del intendente y otros, que sin más que resistir, autorizaron o acompañaron el corte para que el agua fluya en mayor cantidad.
Eso, sabido es que no soluciona, sino que descomprime (socialmente hablando), ya que el agua viene río arriba en gran cantidad y en su cauce río abajo hace peligrar las comunidades allí existentes. El caso más cercano es Villa Sauze que se muestra tan preocupada como Banderaló, si nos referimos exclusivamente al partido de General Villegas.
Antes de la primera palada de la retroexcavadora del municipio cerca de las 17:00 horas, se permitió a los automovilistas, algunos de los cuales aguardaban desde el mediodía, que pasaran hacia un lado y otro del «nudo».
Allí fue cuando el brazo del pueblo torció el del inoperante, burocrático e insensible Estado, que una vez más, rigoreado por el hartazgo del pueblo conformado en protesta se asomó aver qué pasa, como si tantos años de inundación y pérdidas de todo tipo no hubiesen sido suficientes.
Mientras ello ocurría, algunas familias comenzaban a abandonar sus casas debido al avance del agua sobre las viviendas, dando muestras de lo seria que es la situación.
Tal vez los ciudadanos entiendan que los políticos a los que ellos convirtieron en funcionarios, no son sus patrones sino sus empleados (con la particularidad que en este caso el patrón no fija los sueldos); comience a establecer las prioridades porque ha quedado una vez más y ojalá sea la última, desde un escritorio y a la distancia, no se saca a un país adelante, ni a flote, mucho menos cuando el problema es el agua.
Las imágenes de la portada pertenecen a la señora María del Carmen Aiassa. Al publicarlas escribió: «Hoy … lo mismo que ayer … 15 años después todo sigue igual»
Muy oportuno el título y el comentario, creo que somos la última localidad de la Provincia y del Municipio , a las pruebas me remito.
y villa sauze corre peligro con estos cortes?