Los egresados 2012 tuvieron su noche
Como cada año, la Liga Estudiantil de General Villegas despidió a los egresados.
La del sábado no fue una noche más. Tuvo varios matices que la hicieron única e inolvidable. Desde el clima, hasta el lugar donde se desarrolló la velada, pasando por los egresados, hasta los organizadores, todo y todos tuvieron su papel protagónico.
El enorme gimnasio erguido (aún en obra) en el parque Municipal y acondicionado para este evento fue el primer desafío al que se enfrentó la Liga estudiantil, más tarde, a los pocos minutos del horario previsto para la llegada de los egresados y sus familias, el cielo se oscureció mostrando su peor cara (ver nota Lluvia y granizo en General Villegas) descargando el primer aguacero de la noche, lo que generó algunos inconvenientes, sin que eso significara la suspensión de la fiesta. Superado el momento, todo comenzó a desarrollarse de acuerdo a lo previsto.
Las dimensiones del lugar permitieron la distribución de mesas y sillas generando lugar para todos, por lo tanto la visibilidad de la pasarela, tema recurrente cada año, esta vez no presentó reclamos. Los precios de lo que se ofrecía desde el servicio privatizado de la barra (o cantina) no pasaron desapercibidos, pero como siempre, primó la resignación.
Concluido el desfile de los aproximadamente 170 egresados, hubo un tiempo para que éstos compartieran con los suyos el último instante como estudiantes en esta etapa, más tarde llegarían el vals y el brindis.
Antes, los integrantes de la Liga Estudiantil, a modo de conclusión del desfile posaron en la pasarela, donde recibieron el aplauso de los presentes y reconocieron allí, a la vice directora de la escuela de Educación media Nº 7 (Ex Colegio nacional), profesora Daniela Vicente, por el acompañamiento y apoyo, a quien le entregaron un ramo de flores.
Los organizadores se mostraron satisfechos con el resultado final.
Sin duda, hay cosas por mejorar y corregir, por superar y modificar, pero también otras por repetir y mantener.
Ni el clima que repitió a la madrugada su furia, ni la incertidumbre de no saber como respondería el lugar, pudieron con las ganas y la entrega.