Balance positivo para los combates profesionales de la velada boxística en General Villegas

Las tres peleas se definieron por puntos.

   

En la quinta pelea de la noche, la primera profesional, lo tuvo a Bruno «el metalero» Hong debutando en el campo rentado, que se enfrentó con Ezequiel «toro» Soto de Rincón de los Sauces (Neuquen) en la categoría Medio Pesado; Hong registró un peso de 81, 500 y Soto 82, 300 kg. Luego de los tres round que comprendió el combate, Bruno Hong se impuso por puntos en forma unánime.

En la segunda pelea profesional llegó el turno de César «acerito» Milla (66,700 kg)en la categoría Welter, que enfrentó a Carlos «el chacra» Monserrat (67,500 kg) de Rincón de los Sauces, Neuquén. El fallo fue empate.

Por último, en el combate estelar, Lucas «el príncipe» Carranza (55,200 kg) enfrentó a Roberto «pinocho» Marín (53,800 kg) de Bouchardo, Córdoba.

La pelea pactada a 10 round, tuvo altibajos que por momentos rozaron el aburrimiento, hasta que en el último tramo llegaron los cruces de puños más notables por parte de ambos boxeadores. Carranza sólido y contundente y Marín escurridizo y arremetedor. Ambos dejaron todo sobre el cuadrilátero, Se respetaron, pero no se perdonaron. Finalmente, el fallo dio empate.

Una de las anécdotas que quedaron es la visión del juez local, Carlos Papalardo que vio a Carranza perdedor. Fue ajustada la definición, pero a decir verdad, su fallo coincidió con casi la mitad de los presentes, que más allá de la localía vio en Marín al triunfador.

Este dato, no es menor; resulta común que cuando los boxeadores locales son visitantes, ante una diferencia mínima, casi imperceptible como la de anoche, la balanza se inclina indefectiblemente hacia el local, sin lugar a reclamo.

A General Villegas, que ostenta un plaza destacada de publico en cada velada, le hace bien. Confirma que el sentido común fue el gran ganador y tendrá esta siembra, en algún momento, el reconocimiento (en la práctica) como la cosecha más esperada. (Fotos Nicolás Salvaneschi)