Opinión: Sobre el Día del Niño
“Todo era fácil… todo… el mundo era un lugar pequeño que se reducía a nuestro patio, los grandes eran héroes… y nosotros inocentes.”
Escribe Lic. Mónica Primo (Directora de Niñez y Adolescencia de la Municipalidad de General Villegas)
El domingo 16 de Agosto, se festeja el día del niño y no es sólo un día para comprar y regalar juguetes… es una invitación a repensar todo aquello que como adultos les brindamos.
Tengamos hijos o no, todos estamos cerca de algún niño, todos fuimos uno… aquel ser que nos permitió construirnos, aprender a querernos desde una mirada simple y valorar lo importante. Ser curioso que a través del juego, fue cambiando sus puntos de vista, aquel poeta ocurrente que nos mostró cuando algo triste podía ser inocentemente modificado… Aunque a veces nos confundamos y caigamos en el pensamiento reducido de creer que un niño no sabe, no entiende, no escucha, el niño es y puede mucho más que eso, es nuestro igual, nuestro par, sólo que con otras necesidades.
Del mundo adulto aprende y los adultos aprendemos de su mundo, porque es el mismo, desde otra perspectiva, no menos simple, no menos importante y muchas veces no menos complejo. Entonces somos nosotros los adultos, quienes tenemos el deber de proteger todo eso, porque es nuestro también, porque fuimos nosotros, quienes soñamos ser adultos siendo niños…
En la actualidad los adultos nos caracterizamos por estar ocupados y creemos que todo debe ser urgentemente resuelto y así nos perdemos. Es fundamental el recupero del tiempo compartido para construir /nos y paremos a mirarnos y escucharnos, ya que es a través de este vínculo que aportamos saludablemente a los niños.
Para un niño es indispensable ser pensado, deseado, mirado, querido… ellos lo hacen por nosotros insistiendo en el afecto que necesitan para creer en ellos mismos. Cuando esto no sucede, cuando nada del Amor saludable se juega en la crianza de un niño, las heridas son profundas y las consecuencias duraderas y se filtran en todos los aspectos de la vida de este niño y lo acompañan en su evolución.
Trabajar por una infancia feliz no es sólo una cuestión de responsabilidad sino también un compromiso de amor con los más pequeños de la sociedad.
¡FELIZ NIÑEZ!