Tensa reunión de Comisión en el H.C.D.
Los ánimos están caldeados en el ámbito legislativo.
El martes, en reunión de comisión volvieron a trenzarse en acalorada discusión oficialistas y opositores; en realidad Gustavo Santillán, concejal opositor con Valeria Iglesias, concejal oficialista. Los temas abordados en el momento del inicio de la pelea eran el tratamiento del sentido de la calle Panacea en cercanías del barrio Centenario, ya que la Ordenanza establece un orden que no es el se aplica a la hora de los controles de tránsito y/o policiales y el estado de la red vial rural. Por este último, en diferentes momentos se plantearon debates, que incluyeron manifestaciones externas con respuesta de un concejal; Rafael Gómez, ex presidente del Comité UCR, expresó en voz alta su descontento con las palabras que en ese momento estaba emitiendo Daniel Chieza, quien no dudó en contestar; en ambos casos, para el olvido. El episodio obligó al presidente hacer un cuarto intermedio que terminó con Gómez fuera del recinto.
Hoy cierra el calendario ordinario para el ámbito legislativo y se pretenden terminar con la mayor cantidad de temas pendientes posibles. Este sería uno de ellos.
Desde «el principio de los tiempos», la oposición se opone y el oficialismo dispone, aún sabiendo que es así, ambos bandos insisten. Este modo de operar, donde cada uno tiene una parte de razón, disparó los ánimos y todo terminó a los gritos.
Santillán recriminó a Iglesias la postura que adoptan (ella y sus compañeros) cuando se plantean ciertos temas en estas reuniones o el tratamiento que se les da una vez iniciada la sesión. La discusión que llegó a los límites de la tolerancia tuvo a casi todos los concejales como testigos, salvo tres; Chiesa, Segretín y Labarta que no participaban en esta oportunidad.
Varias palabras con «s» se oyeron, entre ellas, soberbia. Consultados ambos concejales reconocen haber sido parte de este episodio, que por el alto voltaje alcanzado traspasó las paredes del Concejo, pero no más que eso. El hombre de la oposición, dice haber perdido el control y la mujer del oficialismo no responderá los agravios por considerarlos como de quien viene.
No está mal que hagan las cosas bien. Esta vez, no se mediatizó una discusión reservada para ese ámbito; no debiera ser extraño, aunque no es correcto, que en tiempos donde la realidad del país, por lo económico, lo climático y otros aspectos, aprietan; también les haya llegado la hora de sentirlo a los que administran política y reaccionen en consecuencia.