De acuerdo con el diario La Capital, semanas atrás Caro pidió a la Cámara de Apelaciones y Garantías que autorizara la extracción sanguínea de las 110 personas que trabajaban en las distintas dependencias policiales de Miramar en febrero de 2001, cuando se produjo el hecho. De esa totalidad, la Cámara permitió que solamente se efectuara la operación sobre un sospechoso en particular.

Se trata de un hombre que actualmente tiene unos 60 años y que ya está retirado de la fuerza. Después de ubicar su paradero en un campo de Trenque Lauquen, la Justicia lo citó en Mar del Plata para que se llevara a cabo la diligencia. La misma tuvo lugar en la Asesoría Pericial (la Policía Científica no puede intervenir en el caso por haber funcionarios de la misma fuerza incriminados) durante la feria judicial de enero. Ahora, el ADN de este hombre deberá ser cotejado con la muestra genética que permanece a resguardo desde el comienzo de la causa.

El crimen de Natalia Melmann cuenta con cuatro expolicías condenados. Los primeros tres, Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60), fueron juzgados y condenados a prisión perpetua en septiembre de 2002. Durante el debate oral, surgió la pista de un cuarto policía implicado y se ordenó la realización de una investigación primero, y de un segundo juicio después. Los plazos se extendieron y recién en 2023, a más de 22 años del crimen, fue sentenciado el cuarto expolicía, Ricardo Panadero, por el Tribunal Oral Nº 4.

Para llegar al esclarecimiento del caso, un elemento fue clave: durante la Instrucción Penal Preparatoria (IPP) se recolectaron cinco muestras de material genético pertenecientes a los supuestos autores. Cuatro de ellas fueron cotejadas e indicaron la existencia de una alta probabilidad de compatibilidad con las de los condenados. La quinta, en tanto, nunca se supo con quién se correspondía pero quedó a resguardo, y fue después del juicio a Panadero que la fiscal Caro decidió ir hasta el fondo de la cuestión y solicitar a la Justicia que la misma se cotejara con la totalidad de los policías que prestaban servicios en Miramar en febrero de 2001. La Cámara le negó esa medida, pero autorizó que se llevara a cabo la extracción sanguínea de uno de todos ellos, quien en aquel momento vivía o pasaba gran parte de su tiempo en una especie de inmueble sin número -y en apariencia abandonado- donde se realizaban fiestas a las que, de acuerdo con la pesquisa, policías llevaban a jóvenes mujeres.

De acuerdo con La Capital, ahora la fiscal Caro aguarda el resultado del peritaje para determinar si efectivamente la muestra genética guardada es compatible con el ADN del quinto sospechoso. De no ser así, volvería a insistir para que se lleven a cabo otras 109 extracciones sanguíneas para tratar de eliminar así toda impunidad en el caso, y despejar todas las dudas sobre la identidad del restante autor del crimen.

El crimen de Natalia Melmann

El crimen de Natalia Melmann, recuerda La Capital, ocurrió el 4 de febrero de 2001 y según se estableció en el juicio de 2002, la víctima fue obligada a subir a una camioneta policial y llevada a una casa en el extremo sur de Miramar, donde “fue accedida carnalmente” y luego, “con el inequívoco propósito de procurar la impunidad de la agresión sexual”, fue estrangulada con un cordón de sus zapatillas. Su cadáver apareció enterrado en el vivero Florentino Ameghino, cuatro días después. (Fuente: DIB)