Recorrieron todo el distrito de General Villegas en carro, para celebrarlo comieron un asado con amigos en el punto de partida
Osvaldo Tomaselli y Ricardo Cortaberría (Vasco), amigos y unidos por la pasión por las costumbres tradicionales, decidieron emprender hace un año atrás una aventura que les demandaría, en etapas, unos 365 días. Recorrieron con carros tirados por caballos todo el distrito de General Villegas.
La idea surgió de Osvaldo Tomaselli quien lo planteó entre un grupo de amigo, pero fue Ricardo Cortaberría el que lo siguió sin dudarlo.
Así fue que en el mes de octubre del 2023, partiendo desde Los Laureles, realizaron la primera parte de esta recorrida cuyo objetivo fue fotografiar todas las estaciones de trenes, independientemente del estado en que cada una se encontrara, algunas al borde de su extinción material producto del paso del tiempo. A modo de conclusión. Osvaldo contó a Distrito Interior que al distrito de General Villegas lo atravesaron a lo largo de su historia cinco ramales ferroviarios, algo que, seguramente, pocos lugares en el país, han estado en esa condición.
Fue el propio Tomaselli quien se sorprendió en cada kilómetro por la magnitud del distrito, su extensión, su riqueza, su gente; cosas que quienes ocupan el poder deberían conocer en profundidad, lo que tal vez les permitiría gestionar o elaborar proyectos que tendrían mayor impacto en todo el Partido.
La travesía concluyó el viernes luego de haber retomado la cuarta etapa desde Banderaló, siguiendo por Villa Sauze, Pradere, hasta regresar al punto de partida en Los Laureles (lugar ubicado entre General Villegas y Tres Algarrobos, conocido así por el nombre de una tradicional estancia).
Para celebrar y compartir anécdotas, además de agradecer y por supuesto, ejercitar las costumbres tradicionales, este sábado al mediodía disfrutaron con el grupo de apoyo, un asado bajo la galería del establecimiento Santa Ágata, propiedad de Marcelo Formica, que lo cedió gentilmente.
Han quedado ciento de anécdotas y vivencias, también de amigos que cosecharon a lo largo de los caminos recorridos. Desde fuertes tormentas, invasión de mosquitos que los obligaron a parar un lapso para que los caballos no sufrieran, hasta fríos extremos; pasaron de todo, pero el balance da positivo, aseguraron.
«Lo hicimos a nuestro ritmo, sin apuro, pero convencidos que esto era una misión pendiente», especialmente en el caso de Tomaselli; Cortaberría, lo siguió porque además de ser lo tradicional algo que disfruta, disponía del tiempo y los medios; sin embargo, por su edad, 78 años, su compañero de ruta tienen 69, es algo que no volvería a realizar.
Ambos contaron que fue premisa no exigir a los caballos, por eso se limitaban a tramos de 30 kilómetros, teniendo en cuenta las condiciones climáticas; «los caballos son lo más importantes y sin ellos esto no se podría haber realizado», explicaron, resaltando además su vínculo con los equinos.
Durante el recorrido total, de unos 580 kilómetros, los acompañó Tava, la perra de Tomaselli que no faltó al asado. Los amigos y familiares iban visitándolos en los diferentes lugares a medida que avanzaban, pero la perra siempre estuvo allí, con ellos, siendo parte.
La experiencia vivida dejó para los protagonistas muchos aprendizajes, uno de ellos, que no hay edad para empezar o emprender y lo importante que resulta disfrutar y compartir la vida.