Opinión: “Marihuana en General Villegas”, por Esteban Wood (*)
Jóvenes detenidos por tenencia de marihuana. Lo sucedido recientemente en la ciudad no dista mucho de lo que pasa en otros distritos de la región. La escena suele ser siempre la misma. La solución, lejos de la criminalización, debe surgir de la misma comunidad.
(*) Periodista, licenciado en comunicación (Universidad Católica Argentina) y maestría en Políticas Públicas para el Desarrollo con Inclusión Social (FLACSO). Columnista en el portal de noticias Infobae.com. Consultor en comunicación institucional y asuntos público-gubernamentales, especializado en la problemática de las drogas. Ex vocero de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR). www.estebanwood.com
«Al amparo de una errónea percepción de que la cannabis es una droga permitida, y a la par de un peligroso aumento en la tolerancia social a este tipo de conductas (como sucede con el abuso de alcohol), algunos adolescentes se inician en la experimentación de una sustancia considerada puerta de entrada a drogas más duras. Lo grave es que se ha instalado en el imaginario colectivo que la marihuana es una droga blanda, que no genera adicción y que tiene tantas bondades terapéuticas que hasta incluso puede curar el cáncer. Lo grave es la militancia boba de vedettes, actores y algún que otro mediático instando a su consumo. Lo grave también es que el narcomenudeo se oculta detrás de otra ilusión construida por un sector de la política, y apuntalada por los medios de comunicación: los denominados “perejiles”.
Si bien existe consenso en que nadie debería ser detenido por tener marihuana en situación de inequívoco uso personal, no menos cierto es que mientras la ley de drogas 23.737 siga vigente, esta conducta debe ser sancionada (artículo 14). Quizás no en forma desmedida, quizás buscando penalidades alternativas a la prisión. Pero sepan que hace ya varios años que en la Argentina nadie va a la cárcel por tener un porro, que las causas se desestiman antes de iniciarse el proceso. Y si eso eventualmente sucediera, el juez interviniente que dictó la sentencia no entendió por dónde pasa el problema de las drogas ni tampoco el espíritu socio-sanitario de la ley.
De la información surgida en este portal se deprende que en el operativo en el que se detuvo a cuatro jóvenes mayores de edad, la policía incautó un envoltorio con 35 gramos de marihuana. ¿Se estaría castigando en este caso la tenencia para consumo? A priori, de ninguna manera. Valga como validación de la hipótesis el ejemplo de Uruguay, que en su camino hacia la legalización reglamentó que 40 gramos de cannabis por mes es la dosis indicada para uso personal de un individuo.
No obstante, el debate sobre la seguridad y sobre el narcotráfico no debería empañar el otro eje de esta discusión: la salud. Las evidencias confirman que los mayores consumidores de marihuana son nuestros jóvenes, a quienes hipotecaríamos su futuro si no ponemos los límites que debeos poner como sociedad. La prestigiosa Nora Volkow, Directora del National Institute on Drug Abuse (NIDA), sostiene que “no hay duda de que la marihuana es adictiva. Lo más importante en este momento es comprender la vulnerabilidad de los cerebros jóvenes en desarrollo a las altas concentraciones de THC”.
Frente a la supuesta inocuidad de la marihuana, cada vez más y más investigaciones científicas demuestran con datos duros los daños a la salud ocasionados por su consumo. Es necesario construir cultura preventiva desde la información y la evidencia, no desde dogmatismos y supuestos ideológicos garantistas. El problema exige un verdadero compromiso social de toda la comunidad.»