Tortas fritas: ¿por qué están relacionadas con los días de lluvia?
Cada vez que llueve, es común escuchar al menos una vez la frase “está para unas tortas fritas”. No se trata simplemente de un dicho, claro: si hay lluvia, este objeto suele acabarse bastante rápido en las panaderías. Pero hay algo que nunca terminó de quedar del todo claro: ¿por qué se comen más cuando llueve?.
Para empezar, hay que entender que las tortas fritas no son un producto originario de nuestra zona. Provienen de Alemania, y llegaron a nuestro continente con las primeras colonizaciones. Conocidas como “sopaipilla” por aquellos colonizadores y posteriormente por los inmigrantes, las tortas eran una especie de masa frita que se utilizaba para mojar en distintos tipos de líquidos y recién allí consumir.
Entonces, ¿por qué su relación con la lluvia? Es bastante más simple de lo que parece. Tiempo después de su arribo como un producto típico de los extranjeros, se hizo costumbre su consumo en el país. Fue así que los gauchos de aquella época comenzaron a preparar la masa con el agua que juntaban después de las lluvias, y por eso cada vez que llovía se consumían las famosas tortas fritas.
¿Mito? ¿Realidad? Lo importante es que, más allá de la explicación, la costumbre se extendió a lo largo de los años y hoy es casi una regla: si llueve, hay que comer torta fritas.