Torrado Mosconi se refirió a la renuncia al aporte del Estado a la iglesia argentina
“El Evangelio vivido auténticamente, conjuga admirablemente la libertad con la generosidad para sostener la evangelización, la
actividad pastoral y atender a los más pobres” tales fueron los conceptos vertidos por el obispo de Nueve de Julio, refiriéndose a las
noticias en torno a la renuncia, por parte del episcopado, al aporte recibido del Estado.
La renuncia a los aportes económicos del Estado a la Iglesia en Argentina, ha sido motivo de noticias en los medios de comunicación
nacionales y locales en estos días. Por lo mismo, es una buena ocasión para informar acerca de la gestión y proveniencia de los
recursos económicos en la Iglesia católica de argentina en general y en nuestra diócesis con sus parroquias en particular.
Consultado acerca de tal circunstancia, el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi manifestó: “En primer lugar,
cabe aclarar, que los obispos de la Conferencia episcopal argentina en el año 2019, decidimos renunciar voluntariamente al aporte
concedido por sucesivas leyes -basadas en el derecho constitucional y como forma reparación histórica- que se otorgaba a los
obispos, a los seminaristas y a parroquias de frontera. Tal renuncia se planteó como un proceso gradual que culminaría el 31 de
diciembre de 2023. Lo cual permitiría a las diócesis con menores recursos, ir adaptándose a la situación y buscar otras alternativas
para sostener la infraestructura de su misión evangelizadora. En línea de transparencia, debe decirse que estos aportes significaban,
apenas, el 10 % de lo requerido para el sostenimiento básico de dichas comunidades eclesiales. Últimamente era de $ 55.000 por mes para cada obispo – generalmente se ayudaba con este monto al funcionamiento de las oficinas de la curia diocesana- y $ 3.850 por mes por cada seminarista. A esto debe agregarse que, estas partidas, no siempre se recibían en tiempo y forma. Los obispos
eméritos (retirados) recibían $ 98.000, y cabe aclarar aquí también, que de ninguna manera se trataba de “jubilaciones de privilegio”,
como se oyó decir días pasados. Otra cuestión, que nada tiene que ver con la relación “Iglesia- Estado” son los aportes recibidos por
las instituciones educativas, no por ser religiosas sino en tanto son parte de la educación pública de gestión privada, tal como se hace
a los que son propiedad de diversas entidades u otras religiones. Es parte del derecho de los padres a elegir la institución para
educar a sus hijos. En el mismo sentido, vale la pena aclarar que hay algunos sacerdotes o religiosas que son empleados en tanto
docentes, o algún otro tipo de servicio, ellos reciben su sueldo en calidad de tales y no como dádiva o privilegio” sostuvo el Pastor
nuevejuliense.
Luego continuó diciendo: “Lo anterior, da lugar a informar sobre de dónde provienen y cómo se gestiona el dinero y la administración
económica de la Iglesia sean en las diócesis o parroquias.
La vida de la Iglesia y su obra se sostienen básica, fundamental y mayoritariamente con el aporte voluntario y generoso de los fieles.
Esta es la realidad más cierta. En honor a la verdad, debe decirse que estos fondos no siempre alcanzan para cubrir las necesidades o
llevar adelante la totalidad de las obras. Así y todo, es de destacar que sean los mismos fieles quienes lo sostengan.
Al mismo tiempo, debe apreciarse que la gran mayoría de las realidades eclesiales y del clero, viven sobria y austeramente. Por esto,
este gesto del episcopado argentino debe ayudarnos también a superar mitos, prejuicios y desconocimiento en esta materia. El
pequeño aporte dominical de cada fiel o lo dado en cada colecta importante, constituye el sustento de las parroquias y de la diócesis.
Algunas colectas como las de “Cáritas” o “Más por Menos” son exclusivamente destinadas para los pobres, otras son dirigidas a las
misiones en África, o para sostener la presencia de los cristianos en Tierra Santa, etc. De manera extraordinaria, algunas donaciones
de personas o entidades tanto nacionales como extranjeras, nos han permitido hacer algunas obras de reconstrucción, puesta en
valor o reparación de edificios que conforman el patrimonio artístico, cultural y pastoral de esta jurisdicción eclesiástica” prosiguió
explicando el Prelado diocesano.
Refiriéndose a cómo encarar el futuro, tras esta determinación del episcopado, sostuvo: “Dos tareas se tienen por delante, en esta
materia. Una es la de concientizar a los fieles sobre su aporte. La otra consiste en la búsqueda de recursos genuinos para una tarea
evangelizadora, actualmente más necesaria y urgente que nunca. Junto a ello, el comunicar los resultados de la gestión económica
eclesial, contribuye no solamente a una necesaria transparencia sino también a reafirmar las dos acciones arriba anunciadas”.
Finalmente, a modo de exhortación, reflexionó: “La renuncia al aporte económico proveniente del estado es un signo de la libertad
con que la Iglesia quiere vivir y llevar adelante su misión en esta sociedad. Y ello, conjugado con la generosidad de los fieles, nos
ayudará a dar un testimonio coherente del evangelio que tiene a la austeridad y el servicio de los más necesitados como una
concreta práctica de nuestra fe”
DIOS LES VA A MANDAR PLATA, NO SE PREOCUPEN