General Pinto retomó la campaña «Pirotecnia Cero»
La pirotecnia tiene un impacto negativo en las personas, el medio ambiente y los animales
El daño que provoca el uso de la pirotecnia es irreparable, pone en riesgo la vida y puede causar afectaciones, tanto emocionales como físicas.
Más allá de las lesiones que se notifican todos los años, también hay grupos de personas que sufren distintos malestares por el uso de pirotecnia como las personas mayores, personas con enfermedades cardíacas, personas con discapacidades cognitivas o neurológicas, personas con Síndrome de Down o Asperger, bebés, niños y niñas que padecen Trastornos del Espectro Autista y Trastornos Generalizados del Desarrollo (TEA y TGD).
El uso de estos elementos puede ocasionar daños de diversa gravedad como quemaduras, problemas auditivos y lesiones oculares irreversibles. La pirotecnia lastima, mutila y genera discapacidad. Además, no existe la pirotecnia segura, sino que la única manera de prevenir incidentes es no utilizarla.
Manos, ojos, cabeza y rostro son las zonas del cuerpo que suelen resultar más afectadas por incidentes con pirotecnia.
¿Cómo afecta el uso de la pirotecnia al medio ambiente?
El uso de artefactos relacionados con la pirotécnica contribuye a aumentar los niveles de contaminación, afectando la calidad del aire, y con ello a potenciar el cambio climático.
Los elementos pirotécnicos están hechos con compuestos tóxicos. Cuando explotan, generan emisiones de monóxido de carbono que se suman a los gases de efecto invernadero y, por ende, al calentamiento global. Asimismo, generan material particulado como pólvora, azufre o carbono que queda en el aire y luego puede ser ingerido por vías respiratorias por los seres vivos.
Es decir, los fuegos artificiales desprenden polvos muy finos compuestos de colorantes metálicos, toxinas, productos químicos y humos; todos ellos similares a los efectos que producen otras agravantes ambientales, como por ejemplo el tráfico.
Por otro lado, está demostrado que el uso indebido de estos artefactos, combinado con las altas temperaturas, viento y sequías, favorecen los incendios. Vale destacar que además de generar contaminación acústica, otra forma de contaminación está relacionada a los envoltorios y empaques que aumentan los residuos que quedan tirados.