General Villegas: la «nueva» terminal y otra preocupante muestra de la inacción estatal (en todos sus niveles)
La «nueva» terminal de ómnibus, que en realidad es una gran estructura que a simple vista invita a imaginar un edificio espléndido si estuviera culminado, es hoy un «elefante blanco» que a lo largo de los años ninguna de las administraciones municipales, provinciales y nacionales han podido terminar reduciéndolo actualmente a un problema que a derivando en otros según pasan los años.
Cada campaña electoral vuelve a ser puesto en escena y luego el mismo resultado.
Hace un tiempo a su constante deterioro material se le sumó la presencia de niños y principalmente adolescentes que se ven atraídos por el lugar en el que permanecen, y más allá que hubo una aparente reacción el Estado municipal del que se espera que al menos garantice la seguridad en el lugar, nada cambió, por el contrario.
Desde hace algo más de una semana se ven a personas pernoctar en el lugar, incluso, muchas de ellas son mochileros que en su paso encuentran aquí un lugar de «alojamiento gratuito»; pero en realidad lo que más ha preocupado es la presencia, aseguran quienes han dado aviso a la Policía en diferentes oportunidades, de un hombre que en el último tiempo ha protagonizado reiterados hechos delictivos que han engrosado sus antecedentes por robos y hurtos, sin embargo y a la vista está, continúa libre.
Según averiguaciones, el sujeto en cuestión, estaría viviendo en la nueva terminal al haber sido expulsado de la casa que habitaba.
Es de destacar que días pasados, alertados por esta situación, los efectivos policiales que acudieron al lugar no lo hallaron a pesar que había sido visto merodeando en las inmediaciones.
Así como la actual terminal fue tomada por una persona que lleva años haciendo del hall de espera su alcoba, espacio que también suele tener otros huéspedes, el temor es que ante la inacción de las autoridades competentes locales, que hasta el momento en una actitud «ponciopilatezca» se limitaron a radicar la denuncia y se encuentran a la espera que la justicia resuelva, la «nueva» terminal se convierta en una gran casa pública.
En ese caso, en términos lúdicos podríamos decir sin temor a equivocarnos: cartón lleno.