La historia de un abuelo, un nieto y una foto que conmueve
“Estoy yendo a almorzar con mi abuelo a Trezzo” dice del otro lado de la línea telefónica Agustín Solís de 28 años. Es sábado al mediodía y es parte de su tiempo con su abuelo, Serafín Solis, de 85 años de edad, que se recupera de 3 accidentes cerebro vasculares, que le hacen difícil hablar, caminar y hacerse entender, pero disfruta de la vida al aire libre y de los paseos con su nieto.
La historia de esta nota es una foto que nos llegó de un vecino. La sacó hace unos días en la calle San Martín, en la vereda de un hogar para abuelos donde vive Serafín junto a su esposa Blanca Castelló (82) que padece alzheimer y también tiene enfermedades que le demandan recuperación continua.
Agustín los visita todo el tiempo. Con su abuelo sale a caminar, recorre a su paso lento las inmediaciones de la zona céntrica, hasta que un día se cruzaron con un vecino que es terapista y circulaba en la bicicleta adaptada que acompaña esta nota. Esa fue la luz al final del túnel, y los paseos comenzaron a ser más divertidos.
Tiene 28 años y trabaja en una distribuidora de galletitas que heredó de su padre que falleció hace unos años. Dice que la “cosa no está tan fea, que no hay que contagiarse del pesimismo de los demás, hay que trabajar, buscar clientes y mantener el entusiasmo”.
El abuelo fue panadero durante 40 años. Tuvo una panadería en calle Gobernador Irigoyen y luego en calle Lagos. Además, fue jinete de trote, al mando del caballo “Saleroso”.
“Mi abuelo en 2021 tuvo un acv había vuelto a caminar y hablar y después tuvo 2 más y ahora la recuperación es más lenta, pero va mejorando. Tiene tratamiento con fonoaudiólogo y kinesiología para la parte derecha del cuerpo”. Los martes y jueves concurre al Anexo Vilbazo, los lunes terapista y acompañante terapéutico.
“Yo estoy mucho con él” porque su hijo vive en otra ciudad y puede venir cada dos semanas.
“Para mi no es una carga, es mi abuelo. Todos me dicen que lo que haces es buenísimo, para mi es normal es lo que todos tienen que hacer el que dice que no tiene tiempo es porque no se hace el tiempo. Son las prioridades que uno tiene que elegir. Siempre hay tiempo para trabajar, si no llego trabajo el domingo”, publica Oeste BA.
La historia de la bicicleta
Pero volvamos al tema de la bicicleta. “Andábamos dando una vuelta en la camioneta y me crucé con un chico que es acompañante terapéutico andando en esa bicicleta con un paciente que se llama Facundo”.
Llamó a la empresa que la fabricó, que es de Tucumán y que la hizo a instancias de los alumnos de una escuela técnica de esa provincia que la idearon para un familiar. Pero no tenían insumos y no tenían entrega. Entonces me “contacté con la familia y me la prestaron. Es muy bueno para lo físico y emocional porque salen y están en contacto con el ambiente. A mi abuelo le gusta mucho salir y pasear”.
Su idea, dijo, es poder armar una bicicleta así en Trenque Lauquen, porque desde que él salió a pasear fueron varios los llamados que recibió de familias interesadas en ese equipamiento para pacientes locales. Cree que se podría generar una iniciativa aquí para poder facilitarle este medio de transporte a vecinos que lo requieran.
“No soy ejemplo de nada, veo muchas abuelitas y abuelitos que no tienen visitas o gente que las saque a pasear y para mi eso es algo que yo disfruto mucho”.
El viejo tiene cara de renegado…. para mi que no lo tiene que sacar a pasear mas