Elordi: simplemente, María Luz fue feliz con su cumpleaños
El lunes por la tarde la voluntad y predisposición de un grupo reducido de personas hicieron del cumpleaños de una niña uno e los momentos más significativos que hemos experimentado en mucho tiempo.
Enterados de lo que acontecería en la localidad de Elordi quisimos reflejarlo.
Así fue que pasadas las 17:00 hs. llegamos hasta la casa de Alejandra Bilelio, la abuela de María Luz, la agasajada. Alejandra tiene a su cargo la crianza de su nieta que en realidad había cumplido los años días atrás, pero por diferentes motivos que no vienen al caso su festejo, con quienes lo hicieron posible se vio retrasado, algo que para nada modificó la intensidad de lo que ello produciría principalmente en la pequeña a quien no le cabía la sonrisa en la cara y todos los que allí presente.
Es importante repasar que todo surge del chofer del camión recolector de residuos, Darío Olaizola, que al pasar por la casa de María Luz, le suele dejar facturas, eso ha generado un vínculo, contó Alejandra, lo que hizo que la pequeña le pidiera para su cumpleaños una torta. Darío lo manifestó en FM Peregrina (92.9) y un comentario durante una mañana bastó para que de inmediato se montara «el operativo».
La peña La Guardería del Cuita se comprometió a hacerse presente con la torta, pizzas, gaseosas y hasta los regalos, a ellos adhirió Sergio Dirassar, distribuidor de la gaseos Secco, la familia Vallejos, propietarios de «El Toro Mecánico», que alquilan esa atracción e inflables y Claudia Leiva que anteriormente les había hecho llegar regalos tanto a María Luz como a su abuela.
Cuando la cumpleañera llegó del jardín el lunes a bordo del auto rojo en el que la abuela utilizándolo como camioneta junta cartón y plásticos, la esperaban estos amigos que en cuestión de minutos desplegaron todo y comenzó la fiesta.
Basada en lo simple, como las mejores cosas de la vida, María Luz retribuyó con su sonrisa permanente y las exclamaciones que le produjo el abrir los regalos, especialmente al ver un par de botas que de inmediato se calzó; cada momento fue compartido con los niños que llegaron a la atípica ceremonia que modificó la calma del lugar.
Nada mejor que ver a un niño felíz, fue la reflexión entre los mayores que llegados a Elordi sintieron que estaba valiendo la pena el tiempo invertido que es lo más valioso que el ser humano tiene; de los recursos materiales nadie se acordó, no solamente porque todo lo dieron de corazón, sino porque ese preciso momento hablaba por si solo.
Al regresar a la ciudad cabecera, incluyéndonos, lo hicimos reconfortados por lo vivido.
Dos momentos de la inolvidable fiesta: María Luz abriendo los regalos y el Felíz Cumpleaños