Revelan testimonios de los reclamos argentinos por Malvinas en 1833
Desde los tiempos en que la grieta entre unitarios y federales dominaba la escena política en el Río de la Plata, la Argentina –en ese momento la Confederación Argentina– planteó por vía diplomática, con argumentos históricos y jurídicos, los derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas y el rechazo a la ocupación británica, que había desembarcado en 1833. La primera voz que llevó el reclamo a Londres fue Manuel Moreno, el hermano menor de Mariano Moreno y embajador en el Reino Unidos.
Documentos que testimonian las gestiones que el diplomático planteó por escrito ante la Corte británica entre 1833 y 1849 serán presentados este lunes por la Cancillería, al cumplirse 41 años de la recuperación argentina del territorio insular, que derivó en la Guerra de Malvinas de 1982. También se entregarán distinciones a excombatientes.
La documentación histórica, a la que los investigadores ya tenían acceso en el Archivo General de la Nación y en la propia Cancillería, será presentada por la Secretaría de Malvinas, a cargo de Guillermo Carmona, con el propósito de darle una difusión de mayor alcance, publica La Nación.
El material comprende cartas y recortes periodísticos que muestran la continuidad de las gestiones diplomáticas que se hicieron en Londres para sostener la posición de la Confederación Argentina, que en ese momento había delegado las relaciones exteriores en el gobierno de Buenos Aires, que conducía Juan Manuel de Rosas. A pesar de los enfrentamientos, en ese tiempo la Argentina nunca rompió relaciones diplomáticas con el Reino Unido.
La recopilación estuvo a cargo del Consejo Consultivo sobre temas vinculados al Atlántico Sur (Casur), cuyo coordinador es Facundo Rodríguez.
Argumentos históricos y jurídicos
La documentación refleja el peso de los argumentos históricos y jurídicos que ya en ese tiempo planteaba la posición argentina. El año pasado se presentaron documentos sobre las primeras gestiones y reclamos realizados en Buenos Aires tras la usurpación de 1833, lo que ahora se complementa con las cartas y notas interpuestas ante la Corte británica, en Londres.
Entre las piezas más importantes se encuentra la primera protesta formal que el gobierno argentino presentó en Londres y las órdenes que recibió el embajador Moreno para sostener el reclamo de los derechos argentinos. Sostenía, por ejemplo, que la acción de 1833 era contraria al derecho internacional y había violado la integridad territorial, además de haber incumplido con el Tratado de Amistad, Navegación y Comercio, que en 1825 reconocía a la Confederación Argentina como un Estado independiente.
Apegado a razones históricas, Moreno alegó que la Confederación Argentina había heredado las islas de España la soberanía sobre Malvinas, al exponer un raconto de los derechos de ese país europeo, que había nombrado 32 gobernadores en las islas.
El material difundido por la Cancillería revela que la posición argentina contemplaba la posibilidad de someter el diferendo diplomático a un arbitraje internacional para solucionar el litigio, con algún país de Europa, opción a la que el Reino Unido se resistió a lo largo de los años. “Nuestro país ofreció cuatro veces la alternativa del arbitraje, pero el Reino Unido siempre se negó”, confió el coordinador Rodríguez a La Nación.
Cuando tenía 29 años, Manuel Moreno había acompañado a su hermano Mariano a un viaje en barco a Europa, en 1811, para una misión diplomática, pero el secretario de la Primera Junta murió en alta mar. El diplomático era médico, fue catedrático universitario y ministro de Manuel Dorrego, antes de ser designado embajador en Londres, gestión que se extendió por 16 años.
Explicaciones en los medios
El material abierto ahora al público incluye declaraciones que el propio embajador hizo publicar en inglés en diarios británicos para difundir el memorándum presentado a la Corte británica sobre la posición argentina, en el que ratificaba los derechos sobre Malvinas y el rechazo a la ocupación británica. Una acción novedosa para la época. La Cancillería exhibirá la versión original en inglés y la traducción que el propio diplomático remitió a Buenos Aires.
La misión encomendada a Moreno se decidió luego de que el embajador británico en Buenos Aires, al ser convocado por las autoridades argentinas después de la invasión del 3 de enero de 1833, confesó que “no estaba al tanto de la situación”, explicaron en la Cancillería. “No había recibido ninguna orden. Por eso se decidió tratar el conflicto con las autoridades en Londres”, dijo el coordinador del Casur.
Mientras el embajador realizaba gestiones en Londres, comenzó a regir el bloqueo anglofrancés en el Río de la Plata. Pero el gobierno de Rosas manejaba ambos conflictos por cuerda separada. Moreno se concentró en el diferendo de Malvinas, según la visión del gobierno kirchnerista.
Entre los 53 documentos, es relevante una carta en la que el embajador informa a las autoridades del Reino Unido que la Confederación Argentina “nunca aceptará” la posición de las islas y mantiene el reclamo”.
También se recuperaron cartas entre el embajador Moreno y funcionarios nacionales, además de una comunicación en la que se le informa que el representante diplomático de Brasil tenía la orden de acompañar el reclamo argentino por Malvinas.
Un incidente dentro del conflicto se produjo en 1842, cuando el Reino Unido notificó al embajador argentino que la cuestión Malvinas estaba cerrada. “Acepten esta situación”, fue el mensaje que llegó de Europa. La respuesta fue que Buenos Aires “nunca aceptará la decisión unilateral británica. “Moreno transmitió, así, una reserva de soberanía”, explicaron en la Cancillería.
Siete años después, en la prensa británica se publicó que la Argentina abandonaba el reclamo por Malvinas, por una “aceptación tácita” de la posición de Londres. El embajador Moreno transmitió al primer ministro Lord Palmerston que eso no era sí. “La Argentina nunca va a aceptar su posición y sigue reclamando sus derechos”, respondió. La propia autoridad británica, según la recopilación de la Cancillería, asintió. (Nota de Mariano de Vedia para La Nación)