El Mercosur se resiente por disputas internas (Por Juan León Giujusa *)
El pasado martes 6 de diciembre se celebró la Cumbre de Presidentes del MERCOSUR, en Montevideo, Uruguay, donde Alberto Fernández recibió la presidencia pro témpore, en medio de un clima saturado de tensiones y fricciones. El punto neurálgico de estas rispideces se sitúa en torno al dinamismo que el presidente uruguayo, Lacalle Pou, inyectó a la política exterior de su país. En este contexto, Uruguay se muestra resuelto a avanzar en acuerdos bilaterales extrazona en la medida en que considera que son insuficientes las vías abiertas por el bloque en la búsqueda de acuerdos de libre comercio entre el MERCOSUR y terceros países o agrupaciones, lo que a la larga se traduciría en un obstáculo para su desarrollo económico. Así, recientemente ha buscado sumarse al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), motivo por el cual su canciller fue enviado de gira por Australia y Nueva Zelanda. Pero estas maniobras no son nuevas: Montevideo previamente ya había intentado tejer acuerdos comerciales con otros países, como China, Corea del Sur, Turquía y Reino Unido, entre otros.
Hacia dónde marcha hoy el organismo regional es un interrogante que preocupa por igual a todos sus Estados miembros, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Las diferencias internas amenazan con romper el bloque, que se enfrenta a los desafíos que representan estas tendencias aperturistas de Uruguay. En este sentido, el presidente Lacalle Pou, ha manifestado que abrirse al mundo es el motor de la política exterior uruguaya y que, aunque confía que negociar en conjunto, junto al resto de sus socios, es la vía deseable, no descarta recurrir a la alternativa unilateral, esto es, al margen del bloque. Con ello, ha dejado en claro que no contar con la anuencia de los Estados Partes no será un impedimento en la búsqueda de una mejor y más eficiente inserción de su país en la economía global, aún bajo el riesgo de que sus iniciativas colisionen con las disposiciones del Tratado de Asunción, instrumento jurídico fundamental del MERCOSUR, que en su Artículo 1 insta a sus miembros a establecer un arancel externo común y adoptar una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados.
Es por ello que, en la Cumbre, Alberto Fernández acusó a su par uruguayo de “romper las reglas”. Si bien en su discurso, Lacalle Pou intentó dejar en claro que no contempla la ruptura del bloque, la tensión ha bastado para dejar al desnudo las asimetrías de poder al interior del organismo, mostrando la debilidad de Uruguay, como asociado menor, frente a los grandes -Argentina y principalmente Brasil-, y también su soledad en esta aventura, en la medida en que sus tres socios han unificado posiciones, cerrando filas en su contra y amenazando con adoptar las medidas que juzguen necesarias.
(*) Juan León Giujusa, Intendente Alvear, La Pampa.
Estudiante de Relaciones Internacionales, Universidad de Palermo