35 años de CEAM: Ana Méndez, recuerdos de los inicios
Cuando el Gobierno de Alberto Ballari habilitó la posibilidad de estudiar a distancia, los jóvenes y adultos que por diferentes circunstancias no habíamos podido hacerlo del modo tradicional (trasladándonos a otras ciudades que tuvieran Universidades) nos sumamos, a través del CEAM dirigido por Ana Lamas, a Hernandarias.
Fue así que en los 90 armamos un trío de estudios Patricia Bargero, Gabriela Sánchez y yo. Una experiencia que nos hizo crecer y creer que había un camino interesante por hacer y que generó entre nosotras una profunda amistad.
De pronto, aquellos muchachos y muchachas que compartimos las materias de ingreso nos sentimos estudiantes por primera vez. Compartimos la ansiedad, el miedo al fracaso, el sentir que no sabíamos nada, el temor al ridículo… pero por sobre todo, la ilusión esperanzada de alcanzar una meta.
Patricia era el eje de nuestro trío de estudios. Ella compartía con nosotros el descubrimiento de los contenidos, el disfrute de la lectura y, con aplomo, imponía la calma y bajaba el tono del temor al fracaso en los exámenes, que nosotras arrastrábamos como cadenas chirriantes en el trayecto desde su casa hasta el CEAM (En mi caso, la angustia la controlaba cantando a viva voz el Hava Nagila que me daba fuerzas y alegría).
El hogar de cada una se había convertido en un caos (en el mío, una casa con hijos adolescentes, mi esposo ofreció, irónicamente, alquilar un departamento para que yo estudiara… ya que la mesa de comedor era mi reino lleno de libros y apuntes).
La posibilidad de estudiar en la madurez no asegura evitar la «estudiantina». Algunas primaveras, sintiendo pertenencia a dicha efeméride, celebramos con picnic en el Parque Municipal (Roberto Bordachar, Jesús Pascual, Gallego Arias, Norma Córdoba, Graciela Capellino, Jorge Delgado y nosotras).
Muy agradecida siempre al CEAM por haber tenido la oportunidad de estudio a distancia.
El Nava Nagila, que significa celebración, alegría fue, tal vez, la antesala de lo que vendría tiempo después en la Biblioteca Pública y las preciosas movidas alrededor de Puig, la promoción de la lectura con los jóvenes, los Villegas No Duerme, con la inclusión de Jesús Pascual y la murga, y todas esas personas de la comunidad que se sumaron al proyecto al que Patricia le dio vuelo.