Fiesta aeronáutica en General Villegas por el 50° Aniversario de la apertura de Chincul
Luego que el clima obligara a suspender el pasado mes, este fin de semana finalmente se pudo realizar el Primer Encuentro Nacional Chincul en el marco del año del 50° Aniversario de la apertura de la fábrica de aviones Piper.
Que sea en General Villegas no fue una casualidad, es que el nacimiento de la fábrica en realidad fue en esta ciudad donde Uriarte y Beraza, los fundadores, tenían un papel protagónico aquí, pero los beneficios impositivos que la provincia de San Juan ofrecía los tentó para radicarse en Pocitos donde funcionaron hasta el año 1995 en que los avatares de las políticas comerciales y económicas sellaron su suerte.
Pasado el tiempo, sin rencores, se decidió reflotar, seguramente a modo de homenaje, el nombre para revivir la esencia de ese nombre que está cargado de historia y también presente dado que muchos de los aproximadamente 900 aviones que se pusieron en el cielo aún vuelan.
Lo mencionado que es una mínima parte de la historia dio origen a esta fiesta aeronáutica que inició este sábado y concluirá mañana domingo, siempre que el clima lo permita dado que el pronóstico no es muy alentador, pero más allá de ello, hoy pudo disfrutarse.
Entre los presentes estuvieron Luis Ballari y Adriana Larramendi, hijos de dos exponentes de la aviación local que dejaron su huella imborrable y fueron, como no podía ser de otra manera, parte de la historia de Chincul. No podían faltar.
Faltaron los paracaidistas que por una cuestión de tiempo el ente que emite las autorizaciones no las otorgó, no obstante el espectáculo aéreo lo brindó Jorge Malatini, a quien una parte de su historia como piloto lo liga a Chincul. Cualquier intento de descripción acerca de lo que hizo vivir con sus acrobacias es redundar.
El resto de la jornada estuvo dada por los stand de diferentes productos, algunos ligados a la aviación; entre todos se destaca, y mañana también estará presente, el food Truck San Martín con todas sus especialidades que abasteció de comidas rápidas a la concurrencia; hubo charlas en las que fueron presentados los libros que hablan de Chincul y sus ex trabajadores desplegaron su anecdotario que fue compartido con los presentes; antes, por la mañana se había realizado el acto protocolar en el que, también a la tarde actuó la Banda Militar Curupayti.
El aero club una vez más estuvo a la altura de las circunstancias, armónico el trabajo, acordes las instalaciones y un equipo humano que cada día se muestra más comprometido con la aviació, por la que continúan trabajando.
tuvo que ir adriana porque el hermano no nos quiere a los del aeroclub. hay que empezar a cobrarle alquiler del hangar
uno de los aviones era de juguete y lo manejaban a control remoto… asi estamos