¿Oportunidad inmobiliaria o fracaso institucional?: está en venta el edificio del Centro de Comercio de General Pinto
Una de las instituciones que tuvo mayor presencia y actividad años atrás hoy se encuentra al borde del colapso. Para que ello ocurra solo falta un comprador para su edificio, el único activo del ente que hoy enfrenta un reclamo millonario de dos ex empleadas administrativas. El monto ronda los $ 5.000.000.
En el inicio del 2022 ya se ofrecía por lo bajo el inmueble que se encuentra ubicado sobre la calle General Villegas, a media cuadra de la Plaza Principal, un vecino radicado en General Pinto estuvo cerca de concretar la operación, pero, si bien nadie lo confirmó, la presión social ejercida por la posibilidad de «quedarse» con el edificio hizo que desistiera y todo volvió a foja cero.
Los meses pasaron y del mismo modo que no surgió una alternativa que pudiera solucionar el problema, el monto que se adeuda fue incrementándose; actualmente la deuda pura se encuentra en el orden de los $ 3.000.000, pero los honorarios y otras costas la elevan a cerca del doble.
El Centro de Comercio llegó a esta instancia producto de la indiferencia y la falta de compromiso, aunque duela y enoje esta expresión, no hay otro motivo.
Dos fuentes que pidieron reserva en su identidad contaron que el principio del final estuvo dado cuando el campo mantuvo el histórico conflicto con el Gobierno por la «Resolución 125», por entonces, su presidente que tuvo una activa participación en el mismo, le cedió el 50% del cobro de los sellos de cereal de la firma Rucamalén a la Sociedad Rural que en ese entonces representaba la principal fuente de ingreso para el Centro de Comercio, y luego de un tiempo fue el 100%.
Desde entonces no hubo alternativa, la entidad representante de los comerciantes, se encaminó a la quiebra.
Hace unos cinco años aproximadamente se cerraron las oficinas y desde entonces no hubo más actividad que las Asambleas ordinarias y extraordinarias que tuvieron como fin tratar este tema.
Varios fueron los intentos o expresiones para evitar la venta, pero ninguno salió del plano oral, incluso el tema llegó a entidades madres como la CAME o FEBA que ofrecieron apoyo logístico para iniciar acciones recaudatorias que permitieran generar fondos para hacer frente a la deuda, pero nada prosperó. Una de las ideas, tal vez más cabales y posibles, fue la de aportar dinero entre algunos socios hasta obtener el monto requerido, que corrió la misma suerte que todo lo anterior.
El Rotary Club planteó el aporte de dinero en moneda extranjera, que por otra parte es la única que se requiere para la operación, con lo que accedería a un porcentaje, el 50% aparentemente, sin acuerdo finalmente.
Hoy, en su peor momento, sin chances aparentes de que sea salvado el inmueble, incluso cada vez más presionado, dado que el proceso legal avanza, fue recibida una nueva Carta Documento de reclamo días pasados, el Centro de Comercio es en si una forma de interpelar a la sociedad y al comercio local en su conjunto que no está siendo capaz de salvarlo a pesar que el monto, importante, pero no letal parece ser un imposible.
De los 90 socios que existían al momento del cierre, la mayoría eran productores agropecuarios.
Ante esta realidad, la pregunta que surge y da título a esta crónica es inevitable: ¿La venta de su edificio es una oportunidad inmobiliaria o un fracaso institucional?.
Usted saque sus propias conclusiones.