Opinión: Las humillaciones cotidianas al pueblo argentino, escribe el Ing. Héctor Carta (*)
José Ignacio García Hamilton, en su libro Por qué crecen los países narra algunas cuestiones de la política en su Tucumán natal. La familia del historiador era propietaria del diario La Gaceta y de la radio LV12. Menciona los problemas de censura que tuvieron estos medios de comunicación, durante el primer gobierno peronista. Detalla el mecanismo que utilizaron las autoridades nacionales para obligar a su padre a vender la radio al Estado y las dificultades para proveerse de papel prensa, el cual era importado monopólicamente por el gobierno. Esto era utilizado como una herramienta más de censura. Recuerda una frase de Borges, que a mi criterio nunca perdió actualidad. El gran escritor argentino mencionó que el gobierno peronista de esa época nos sometía a humillaciones cotidianas.
El actual gobierno, heredero de aquel, desde que asumió no para de humillarnos. No voy a detallar temas harto conocidos, como la original gestación del frente donde la vicepresidenta elige al presidente, el manejo de la pandemia con encierro eterno, la elección de vacunas con criterio ideológico y no científico, la fiesta de Olivos, las vacunaciones VIP, el ataque a la Justicia, el desmanejo económico donde siempre la culpa la tiene otro, etc.
A mi criterio, una de las últimas humillaciones es el retorno del ferrocarril (FFCC) a diferentes localidades, incluida 9 de Julio. Quizás, lo más vergonzoso fue ver al Presidente y su ministro de Economía reinaugurando el tren Rosario- Cañada de Gómez.
Según la información periodística, este ramal tarda dos horas en hacer 70 km. Realmente insólito. ¡En el siglo XXI, un tren que va a una velocidad promedio de 35 km/h.
Uno se pregunta si los que dirigen el país tienen conciencia de las cosas que hacen. ¿Se asesoran previamente? Parecería que no. ¿Entonces para qué tienen tantos asesores? Se exponen con preocupante frecuencia al ridículo. ¿Tuvieron noción que iban a reinaugurar un tren que va a 35 km/h? Es una velocidad ridícula considerando el estado de avance que tiene el sector ferroviario en el mundo. O es la necesidad de mostrar algún resultado, aunque sea un absurdo, en el desierto de logros que transitan como gobernantes.
Para darse cuenta del tamaño de un ridículo debemos comparar. Se puede recurrir a lo que acontece en el mundo. En el caso de Argentina, país con una rica historia ferroviaria, lo que sucedió en el pasado. Japón tiene un tren que entrará en servicio en 2027 cuya velocidad será de 600 km/h. Utiliza un sistema de levitación magnética que lo eleva 10 cm sobre los rieles para reducir la fricción. Algo menos desarrollado tecnológicamente es el tren que une Londres con París. Para hacer 342 km tarda dos horas con 15 minutos, parte de los cuales los transita debajo del Canal de la Mancha.
Obviamente que, a un país empobrecido durante décadas por su clase dirigente, no podemos exigirle trenes como los mencionados. ¿Está mal imaginarnos un FFCC con mayor desarrollo tecnológico que por ejemplo vaya en promedio a 100 km/h?
En nuestro caso permitiría llegar a Capital Federal en un tiempo razonable y con mayores comodidades. También que movilice la producción agropecuaria e industrial con costos razonables, menor consumo de combustibles y contaminación del medio ambiente. Nuestro pasado es elocuente en ese sentido.
El primer FFCC en Argentina fue el Oeste inaugurado en 1857. Tenía una velocidad de 40-45 km y una capacidad de carga de 8 toneladas por vagón. En esa época, los únicos medios de transporte eran a tracción a sangre. Una carreta iba a 4 km/h con una carga no mayor a 2 toneladas y una diligencia a 15 km/h transportando hasta 12 personas. Es de imaginar el salto tecnológico que representó para los habitantes del país. Unas décadas después, en 1889, el FFCC que cubría Once-Trenque Lauquen salía de
Capital Federal a las 06.00 hs. y llegaba a 9 de Julio a las 12.10 hs. Paraba en 16 localidades antes de arribar a nuestra ciudad. En promedio iba a 45 km/h. Eso en el siglo XIX, hace 133 años. El mismo tren, en 1936 salía de Once a las 20 hs y llegaba a nuestra localidad a la 01.00 hs, con servicio de cena en el coche comedor. Paraba en 11 localidades. Hace 83 años.
Entonces uno piensa acerca de la actitud de nuestros gobernantes. Nos quieren mostrar logros de gestión, con un tren que va a 35 km/h. Evidentemente nos toman por tontos. Para que las cosas cambien en el país, los argentinos debemos tener un cambio cultural muy importante. La gente que gobierna de esta manera llegó a través del voto. El sometimiento que nos imponen, sólo puede ser abolido cuando la mayoría del pueblo pase de la indiferencia a ser ciudadanos responsables, con vocación republicana. Involucrándose y ejerciendo una defensa activa de los intereses del país y no tolerando las repetidas humillaciones que nos someten casi a cotidiano.
Ing. Agr. Héctor G. Carta (DNI 11.478.530), exdirector INTA General Villegas
la sociedad no va a cambiar con tanta ignorancia transmitida entre generaciones que cobran planes sociales… la gente tiene que entender que los politicos son nuestros empleados y no al revez!
Un señor , se jubilo antes de INTA , no pudo contra el aparato.