Mabel nos emocionó con la primera entrevista: «Que los órganos no van al cielo es verdad, y dan otra oportunidad, a mi me la dieron» (AUDIO)
En su primera entrevista con un medio de comunicación luego de recibir el alta tras el trasplante de corazón, Mabel Sosa habló con Fernando Cisarello en el programa Las Cosas por el Aire que se emite todos los sábados de 8 a 13 hs. en FM Peregrina (92.9), «Me siento bien, no tengo dolor, puedo caminar bien; en general estoy bien», comenzó diciendo ante la obvia pregunta sobre su estado de salud.
Audio de la entrevista
La recuperación ha sido rápida; fue operada el 10 de mayo pasado a las 7:00 de la mañana en que inició la cirugía de trasplante; al otro día le retiraron el respirador y comenzaron a bajarle la sedación como consecuencia de la adaptación y evolución del órgano.
Contó que no sintió dolor, ni miedo, que siempre fue confiada, sobre todo en los médicos que la atendieron en el proceso; «me entregué a ellos y a Dios y todo salió bien».
Por seis meses debe extremar los cuidados, sobre todo en esta época del año en la que las probabilidades de contraer enfermedades aumentan y más aún en su caso que se encuentra inmunodeprimida. «Como si estuviera en una caja de cristal», describió.
«Antes caminaba y se cansaba, ya no es así». La salida del hospital en la que caminó, no tuvo fatiga, ni cansancio, ni agitación; recordó que las dos cuadras que separan la casa del trabajo cuando las hacía caminando le provocaban el mismo efecto de haber corrido varios kilómetros.
En cada oportunidad que tuvo se mostró agradecida con los papás de Franco (su donante), a los que le reconoció la decisión que tomaron en medio de tan difícil situación.
El proceso inició el 4 de enero de 2022 cuando tuvo la primera consulta donde el médico que la atendió sugirió repetir los estudios que fueron realizados el 10 del mismo mes. Para ello ese día se internó y permanecería allí por una semana dado que es el tiempo en que se completa lo requerido. Luego regresaría a Villegas para esperar hasta la aparición del órgano pero los resultados mostraron que su condición era peor de lo que imaginaban los especialistas, por lo que desde entonces no regresó. Lo hará, de acuerdo a lo previsto, la semana próxima en que, con corazón nuevo, volverá a su casa.
Fueron cinco largos meses, aunque siempre estuve acompañada y contenida por toda la familia. Pese a ello «hay un momento en la noche en que una se queda sola y ahí es donde aparecen los pensamientos, hubieron muchas noches de llanto. Lo incierto del tiempo que no se puede precisar cuándo ocurrirá es la mayor incertidumbre», describió.
En su caso antes de recibir el corazón, hubieron dos intentos fallidos; uno fue a los 10 días de estar internada, pero el corazón al ser testeado no convenció a los médicos y lo descartaron; recordó que esa vez no lo tomó a mal entendiendo que era una posibilidad. A los dos meses se repitió la situación, un nuevo operativo que le generó mucha alegría, incluso todo se dio para que sucediera y faltando 15 minutos, le comunicaron que al ser retirado del cuerpo donante el órgano se descompensó por lo que su mantenimiento requeriría tantas drogas que trasplantarlo sería arriesgar a que en unos meses hubiera problemas, dado el deterioro sufrido.
Luego de una nueva espera que fue llevando día a día llegó, el 10 de mayo, momento en el que recordó estaba con su papá, dedujo que podía haber posibilidades de un nuevo intento dado que ese día no le colocaron la inyección que diariamente recibía, lo que había sucedido en las dos oportunidades anteriores por la activación de los operativos por ella. A los pocos minutos recibió la noticia que confirmaba sus sospechas. Eran las 19:00 hs. cuando eso sucedió. Desde entonces comenzó el despliegue requerido. Esta vez sí ocurrió exitosamente el trasplante.
Mabel recibió el corazón de Franco Vistarop Olave, un adolescente de 18 años de edad, de Santa Rosa, La Pampa cuyos padres decidieron hacer una donación multiorgánica.
Acerca del vínculo con la familia, que en este caso sí se conoció el origen y destino de los órganos, Mabel contó que hasta el momento no ha hablado con los padres del joven, ni siquiera por mensajes porque aún no se siente en condiciones de afrontar tal situación, pero sí ha estado en contacto con la tía .
«Yo no me siento todavía capaz de afrontar esa situación, no se como voy a reaccionar; por supuesto que los quiero conocer y nos juntaremos en algún momento. Ahora no me siento capacitada».
Consultada sobre la vuelta a General Villegas, luego de un suspiro acompañado de una sonrisa, dijo sentir la necesidad de agradecer a todos los que la han acompañado a la distancia e hicieron el aguante; la gente de la ciudad y alrededores, muchos de los cuales no conoce o apenas ha cruzado alguna vez un saludo en la calle, las personas con las que comparte el trabajo, su familia
Acerca de la donación de órganos
Con su trasplante es la segunda vez que su familia pasa por esta necesidad, hace 20 años su mamá, ya fallecida, requirió un hígado, por eso no dudó en expresar que hasta no vivirlo en persona o por cercanía, no se tiene real dimensión de lo que significa.
Por eso sugirió que debería ser un tema que se aplique a la currícula escolar para que cada vez a más temprana edad se hable del tema teniendo en cuenta que esta necesidad aparece con mayor frecuencia a medida que pasan los años.
Luego de repasar algunos casos con los que convivió durante su estadía en el hospital Italiano, sección Cardiología, algunos de los cuales algunos continúan esperando un corazón, reflexionó que teniendo en cuenta la cantidad de accidentes y otros hechos que trascienden en las noticias de los que podrían surgir donantes, la lista de espera sigue aumentando, otra razón para hacer hincapié en la donación de órganos, pero no obligando, sino educando. Es una necesidad informar, inculcar, difundir para generar la voluntad de donar.
«El hastag #Los órganos no van al cielo, es verdad, y dan otra oportunidad, a mi me dieron otra oportunidad».
Las cosas simples, las que tienen real valor para la vida, las que descubrió en este tiempo
Luego de reconocer que uno cambia la mirada, repasó algunas situaciones cotidianas que por la vorágine del trabajo deja de lado como puede ser dar una vuelta a la manzana en bicicleta con su hijos o salir a caminar unas cuadras, uno no disfruta d elo pequeño por querer hacer otras cosas.
Sus hijos tienen 25, 20 y 15; al mayor que hace aproximadamente tres años que estudia en La Plata calculó que lo han ido a visitar solamente tres veces, ¿por qué’ se preguntó, y la respuesta fue que uno trabaja y sobre todo le da prioridad a otras cosas. No es así, la vida te presenta estas cosas (en referencia a su problema coronario) y te quedas sin nada.
Otro de sus casos fue el del segundo hijo, Matías, quien participo en los Torneos Bonarenses a quien solamente el último año fueron a ver a mar del Plata, los anteriores nunca; también por trabajo y porque le da prioridades a otras cosas, insistió.
«Por eso tenemos que cambiar la mirada porque la vida se nos va en el instante menos pensado».
Sobre el final se sumó a la charla la Dra. Alejandra Ávalos, médica Cardióloga, una de las profesionales que atendió a Mabel en sus inicios con sus problemas del corazón.
La intervención aportó un valioso intercambio entre ambas que hizo más profunda y amena esta primera entrevista con un medio de comunicación, volcando más datos acerca de una situación en la que cualquiera puede encontrarse.
«Volver a casa es algo distinto, ya estar fuera del hospital es algo distinto. Volver a mi casa, ver a mi perro de algún modo con el que no podré estar en contacto todavía, mis hijos, por los que a la noche siempre decía esto lo hago por mis hijos y a la mañana repetía la misma frase», fueron algunas de las cosas que aguarda a la vuelta.
Al concluír fue clara y contundente en el mensaje: «Disfruten la vida, disfruten de lo pequeño, que por más insignificante que parezca es lo más importante, es lo único que nos vamos a llevar».