ESPACIO SOLICITADO: «Padecí una falsa denuncia (*)»
Quiero contar una historia cargada de injusticias, de manera anónima para proteger a todos, pero necesito contarla, ya que hoy en día cualquiera denuncia cualquier cosa en las redes sociales y gran parte de las personas que las ven dan por cierto lo que leen. Espero que esta carta sirva de réplica para que todos aquellos que creyeron esas mentiras e identifiquen la historia sepan la verdad.
El calvario comenzó cuando me separe de mi ex-señora, tenemos varios hijos, todos menores; todo marchaba bien, hasta que mi ex se dio cuenta que se podía llegar a quedar sin la casa, ya que mis hijos desean vivir conmigo y sería fundamental para la atribución de la casa; de decir que durante muchos años nunca hubo violencia, paso de la noche a la mañana a decir que era el tipo más violento que había. Hasta sus propios testigos manifestaron que nunca vieron una situación de violencia, todas contradicciones que la justicia decidió ignorar al apartarme durante 6 meses de mis hijos, en esta nueva ocasión por un supuesto “abuso sexual” al más chico, pero que sin embargo me apartaron de todos ellos, a pesar de que los grandes ya le habían dicho a la justicia que deseaban vivir conmigo, ¡ni siquiera podía enviarles un whatsapp!. Ahora la cuento bien, pero en ese momento caí en un cuadro depresivo, estaba muy muy mal, no podía creer lo que estaba pasando y que se me acusara de abusar de mi propio hijo fue lo peor de todo.
Hace poco salió el resultado de la “cámara gesell” en Trenque Lauquen, totalmente negativa, no hubo ni el más mínimo rastro de abuso sexual alguno. Anteriormente, mi ex publicaba en las redes sociales continuamente y se encargó de desparramar por todos lados una mentira, podría disculparse públicamente pero lo cierto es que su objetivo no era ese, sino la casa, de hecho continúa repitiendo la mentira. Esperé mucho esta oportunidad de réplica a mi honor y buen nombre, desconozco los mecanismos de la justicia, entiendo que se debe investigar, lo que no entiendo es porque se ignoran las contradicciones, y la prueba restante, porque me impidieron siquiera comunicarme con mis otros hijos más grandes, porque unos tienen presunción de verdad y otros presunción de mentira. No se lo deseo a nadie y espero que esta pesadilla termine pronto.
(*) Con el aval del abogado, Dr. Alejandro Balbi.