Los restos de Rúben Calcagno fueron despedidos a bordo de un auto de carrera, había sido su deseo (VIDEO)
El último adiós para quienes no sabían que se haría su voluntad fue tan sorpresivo como su muerte temprana e inesperada. El domingo luego de manifestarle a su esposa que no se sentía bien, se descompensó y falleció. Había sido sometido a una intervención quirúrgica y ya dado de alta se encontraba en su casa.
Este martes por la tarde como fue su vida, sus restos, rodeados de los afectos más cercanos, fueron acompañados hasta su última morada, a pesar del inevitable dolor, con la adrenalina que produce el límite; es que en vida había manifestado en más de una oportunidad, que el día que muriera debían cremarlo y sus cenizas ser llevadas en un auto de carrera. Era una de sus pasiones. (En la foto de portada se puede apreciar cómo desde el interior alzan la urna como muestra a quien filmaba que ese estaba siendo el último viaje)
Así fue como el personal de la Empresa Charras que estuvo a cargo del servicio, además de ser amigos de Rubén, arribaron a la ciudad donde eran aguardados en el ingreso. La urna fue colocada dentro del Fiat 128 y en caravana escoltados hasta la Parroquia San José.
La emoción se mezcló con la nostalgia que por momento pareció mostrar rasgos de alegría; claro que la tristeza llegará cuando la calma se haga presente.
Puede sonar absurdo que al hacer referencia a un difunto al que se lo está despidiendo no predomine la amargura, pero Rubén vivió de un modo tal que es imposible, aún en este último acto, no relacionarlo con el buen animo, incluso el humor.
Quienes más lo conocieron pueden dar fe de ello y son precisamente los que estuvieron ahí, para garantizarle el cumplimiento de su deseo.
General Pinto ha asistido en los últimos tiempos, especialmente este año, a diferentes expresiones de dolor, respeto y reconocimiento ante el fallecimiento de vecinos que por algún motivo se destacaron. No vivieron para el bronce, simplemente fueron en su estadía terrenal, por eso su adiós no fue como el de la mayoría.
Ni genial, ni absurdo, cada pueblo tiene su impronta y Pinto tal vez esté encontrando en esta forma una manera de decir gracias a quienes han dejado algo.