Zonal: los productos de Adelmar Funk para el mundo, instrumental para el manejo de fauna, sin dañarlos
El fundador del Complejo Ecológico de América, Adelmar Funk, un hombre de consulta para medios de la región y nacionales ante temas relacionados con la fauna, sigue dando muestra de compromiso con el medio ambiente y sus seres vivos, principalmente autóctonos; en estos tiempos especialmente los pumas y serpientes.
Cada vez más frecuentes sus apariciones en ámbitos ocupados por el hombre que va poco a poco demostrando una conciencia más conservacionista respecto a décadas pasadas, es decir, antes ante lo que se consideraba una amenaza de un animal considerado peligros era inmediatamente ejecutado. Hoy con el avance de una mentalidad cada vez más ecológica y empática, amigada con el medio ambiente, se trata de capturarlos y devolverlos a su hábitat, preferentemente sin que estén en contacto con humanos; así ha venido siendo con los últimos pumas aparecidos, por ejemplo en General Pinto y otras ciudades.
Funk, hoy un especialista en la materia, a fuerza de estudio, práctica y convicción, ha ido más allá. Hace años que trabaja silenciosamente en el desarrollo de productos que permiten la manipulación de estas y otras especies sin que sean dañados, tal el caso de pinzas, trampas y otros elementos.
Hace casi dos décadas que comenzó fabricando y utilizando estos kits en el zoológico (hoy Ecoparque), lo que le permite ofrecer un producto ya probado y aprobado. El emprendimiento que comienza a hacerse cada vez más visible y requerido comenzó a venderse de manera comercial hace cinco años. Así hay de estos elementos en Castelli, provincia del Chaco, la puerta del impenetrable, donde los bomberos voluntarios son requeridos de manera frecuente, recientemente la empresa Aeropuertos Argentina 2000 también se convirtió en cliente, por citar algunos ejemplos.
Como parte del producto, Adelmar ofrece también charlas y capacitaciones vinculadas a la aplicación de las técnicas necesarias para que el operativo resulte exitoso, sin consecuencias para el animal, ni las personas que deban manipularlo.
Así, K’asimir, el nombre del emprendimiento, confirma que el interior del país contiene interesantes innovaciones e ideas que pueden servir como pequeñas usinas de desarrollo, lo que invita a que las miradas apunten a estos lugares.
En una de las publicaciones donde se ofrecen estos productos, tiene al pie la siguiente inscripción: «Nuestros productos son 100% artesanales, por lo cual los mismos tienen una demora de fabricación»; una modesta aclaración para una pyme tan «exótica» como pujante.
Genio Adelmar, las cosas que hace y con que poco ruido.
Felicitaciones y suerte por el nuevo emprendimiento y gracias por lo que haces por los animales y por los chicos.
Horacio Elizalde