Endometriosis, el padecimiento de Stella Maris («La Tito»), «Lo único que pido es una mejor calidad de vida» (AUDIO)
Mayo es el mes de esta enfermedad que afecta a las mujeres; es un trastorno en el que el tejido que normalmente recubre el útero crece fuera de él. Es una enfermedad que se puede tratar, pero hasta el momento no tiene cura.
Durante marzo se celebra el Mes Mundial de la Endometriosis, tratando de difundir, informar y concienciar a la sociedad sobre la problemática a la que se enfrentan las mujeres que la padecen. Considerada un mal benigno, esta enfermedad, que afecta a entre el 10 y el 15% de la población femenina, se diagnostica tarde por la falta de investigación e información.
La Dra. Guillermina Traverso, Ginecóloga y Obstetra, brindó una entrevista en FM Peregrina (92.9) en la que se refirió a la enfermedad en general y al caso de esta villeguense a la que ella atendió cuando fue diagnosticada, que lucha por una mejor calidad de vida a partir del avance de la enfermedad en su cuerpo y milita con la cinta amarilla, color que identifica a la Endometriosis, para que sea convertida en Ley al ser tratada el próximo 14 de marzo en el Congreso.
Audio entrevista a la Dra. Traverso
Acerca de Stella Maris («La Tito»)
Una mañana sobre los últimos días de febrero Stella Maris llegó a los estudios de FM Peregrina en busca de una sugerencia para poder salir del atasco en el que su situación se encuentra. Pidió ser oída, sin salir al aire.
Quiero que sepas por lo que estoy pasando y cuál es mi idea, más allá de mi necesidad, expresó antes de comenzar.
El mes de noviembre de 2018 fue intervenida quirúrgicamente por los doctores Rodriguez y Traverso, por un dolor abdominal que en principio hacía suponer podría tratarse de una lesión muscular, entre otras hipótesis un tanto más complejas. Luego de esa operación, mediante una biopsia, fue diagnosticada con Endometriosis.
Desde entonces los dolores han sido continuos y cada vez más fuertes, propio del avance de la enfermedad, que como se lee en el primer párrafo puede ser tratada pero no tiene cura.
Por recomendación médica fue derivada a La Plata y desde allí a San Isidro donde la asiste un especialista.
Si bien cuenta con IOMA por su relación de dependencia con el municipio, la obra social no le cubre el tratamiento en su totalidad (de allí la importancia que la Endimetriosis sea reconocida por Ley), por lo tanto los costos de su tratamiento cada vez resultan más caros.
A medida que el tiempo fue avanzando los dolores son más fuertes y las consecuencias en su cuerpo más notorias. Sus movimientos y hasta su carácter han cambiado notablemente presentándole todo tipo de inconvenientes, desde laborales hasta sociales.
En el primer caso, ha sido evaluada inclusive por una junta médica que confirmó el diagnóstico. En el segundo, desde hace tres meses aproximadamente padece incontinencia, por lo que cualquier actividad fuera de su casa es un problema, desde hacer las compras hasta la visita al médico. Además con el correr del tiempo han aparecido otras complicaciones que agravan su cuadro y en apariencia aceleran su deterioro.
En medio de esta situación «La Tito» debe hacer frente a otro aspecto no menor por su condición. Si bien socialmente para sí y el resto de la comunidad no hay ningún prurito, el grado de invasión con métodos estrictamente ginecológicos, que padece su cuerpo, han alterado su naturaleza poniéndola en un constante proceso de adaptación que la vuelve, aunque trata de pasarlo por alto, muy vulnerable.
Este contexto está afectando inclusive a su familia, constituida por su compañera y los hijos de ésta, para quienes era el sostén económico del grupo y su entorno en el que aparece su madre y resto de familiares directos.
Desde hace un tiempo elaboran bolas de freile y empanadas con las que subsisten, pero las tareas habituales que realizaba Stella hoy requieren de la contratación de un hombre, como cortar el pasto o intervenir en algun sector de la casa.
Hasta la aparición de su enfermedad, fueron las dos, juntas, quienes levantaron buena parte de la casa; «sentada veo como un chico corta el pasto de casa y no puedo creer que tenga que mirar y pagar como hacen algo que lo hacía sin problemas. Jamás me imaginé estar así», comenta entristecida.
Por delante le queda seguir tomando los remedios recetados, Tranvimil BA, Desiré, Pregabalina, Alplax, Certralina y Levotoxina 150. También utilizando pañalines que los acaba de incorporar a su rutina, entre otros elementos.
Pronto deberá realizar un nuevo viaje a Buenos Aires en el que evaluarán la posibilidad de una nueva intervención quirúrgica que en parte será cubierta por IOMA, salvo los insumos que tienen un costo que está muy por encima de sus posibilidades económicas actuales.
Para costear esos gastos, le donaron un lechón con el que se encuentra junto a su pareja, familiares y amigos vendiendo los números de la rifa que lo tiene como premio.
Como en al menos dos oportunidades anteriores, solicitó a la Municipalidad una ayuda económica. Oportunamente le habían otorgado subsidios por $ 9.000, pero esta vez solamente serían $ 6.000 lo que no permite supere las dificultades económicas. A ese monto le sumarían un remís costeado por el Estado Municipal, pero explica Stella Maris que su incontinencia la obliga a parar en reiteradas oportunidades y el hecho de viajar con una persona ajena a los de su confianza significará un trastorno para todos, por eso cree necesario movilizarse en su propio vehículo, al que estuvo a punto de vender hace un tiempo pero luego desistió viendo que le sería de gran utilidad por lo que vendría; no se equivocó. A pesar de la negativa a su sugerencia, pretensión y necesidad, seguirá insistiendo.
Pero «La Tito» o Stella Maris, «como me llamen está bien, yo siempre fui así y nunca tuve problemas», aclara en cada oportunidad que alguien al llamarla de cualquiera de las dos maneras muestra alguna incomodidad, tiene un objetivo que se ha convertido en su misión: concientizar a mujeres y también a hombres de lo que significa la Endometriosis, tanto que a partir de haber abordado su caso en FM Peregrina surgieron decenas de testimonios, algunos muy valiosos, de experiencias con esta enfermedad tan pocas veces mencionada.
Desde que supo que la padecía porta un crespón amarillo y cada vez que la consultan explica entusiasmada. El 14 día en que está previsto el tratamiento para la media sanción y convertirla en Ley está organizando una marcha por el centro de la ciudad donde primará el color amarillo; es más, un conocido le está pintando cañas de un metro cincuenta o dos, para garantizar el distanciamiento social. Aunque seamos dos o cien habrá sido importante, solo quien la padece sabe lo doloroso (en el más amplio sentido de la palabra) que puede resultar, sin entrar en detalles con las enfermedades que como consecuencia pueden aparecer».
«Quisiera que ese día las mujeres por ellas mismas y por otras mujeres y los hombres por sus mujeres, nos acompañen», invita.
Al hablar con ella se la nota fatigada, con una angustia que intenta disimular, seguramente porque siempre ha tenido aspecto «de roble», pero a veces y cada vez más a menudo, los dolores la obligan a admitir su realidad.
Este proceso que le toca vivir es un camino que no recorre en soledad, si bien es quien debe lidiar con la enfermedad, el haber decidido despertar conciencia hace que la comunidad la acompañe.