¿Qué tan importante es conocer la identidad de las personas que se contagian de COVID-19?
Las últimas horas instalaron la pregunta con la misma fuerza con que corrió la noticia de un nuevo positivo de alguien residente en la ciudad de Gral. Villegas.
La particularidad en esta oportunidad es que el paciente no se encuentra en la ciudad, aunque eso a su vez es un gran interrogante, dado que no se ha podido establecer el lugar de contagio; detalle que venda los ojos y hace caminar casi a ciegas a las autoridades políticas y sanitarias y a buena parte de la sociedad.
El hombre de unos 65 años tiene una enfermedad anterior al Covid-19 por el cual había regresado de La Plata donde había sido atendido, al descompensarse la madrugada del lunes fue recibido, atendido e internado en el hospital local desde donde fue derivado nuevamente a La Plata donde se le detectó el positivo a coronavirus.
Asintomático hasta el momento, pudo habérselo contagiado antes o después de su internación en Gral. Villegas, lo que naturalmente cambia todo.
Según estiman desde Salud el paciente llevaba aproximadamente siete días desde su arribo a la ciudad proveniente de La Plata; viaje que se ignoraba hasta el miércoles en que la familia lo informó (según datos de las autoridades sanitarias locales).
En particular el caso provocó el aislamiento preventivo de 15 trabajadores de la salud que no prestarán servicio, al igual que los contactos estrechos del paciente.
En general, surge el interrogante que da título al artículo.
Si trasciende la identidad (en este o cualquier otro caso), se corre el riesgo que haya represalias o estigmatice al paciente y su familia o permite que aquellos que pudieran haber estado en contacto se aíslen evitando mayores consecuencias?.
Claro ha quedado que nadie está libre de contagiarse, por lo tanto, sería prudente a modo de declaración jurada u otro método dejar constancia que en caso de ser positivo su identidad se dé a conocer?
Apelando a la realidad, en cuestión de minutos u horas trascienden esos detalles de cien maneras (nunca oficialmente hasta ahora); incluso en el lapso que van corriendo en los chat, surgen algunos datos equívocos que desvirtúan, generando más confusión, angustia e intranquilidad.
Quizá es el momento de ser más terrenales (menos cibernéticos) y aceptar, sin pérdida de tiempo, que el virus ya llegó.
Más que nunca «hoy por ti, mañana por mi» que ante este panorama es el verdadero sentido de con-vivir en comunidad; si no, «sálvese quien pueda» (en realidad no se salvará nadie).
En General Villegas más que en cualquier otro lugar, desde este momento debemos ser «individualmente colectivos».