Una joven que vivió en General Villegas habitaba un departamento en el edificio que explotó en Rosario
Alejandra Yacomini, 37 años, Psicóloga, lo hacía en el 2º B de la calle Salta al 2141 junto a su esposo, Gonzalo Tellería, 35 años y la pequeña Olivia, hija de ambos, de 2 años y medio.
En dialogo con Distrito Interior, recordó que ella y su familia que son nativos de Rosario, vivieron en General Villegas durante 15 años hasta el año 1994 en que se fue a continuar con su carrera universitaria. Sus estudios primarios y secundarios los cursó aquí. Sus padres, María Julia Galli y Carlos Yacomini, junto a ella y su hermana Mariana, habitaron una casa, hoy demolida, que se encontraba ubicada sobre la calle San Martín frente a la plaza del mismo nombre. Los trajo por entonces, un emprendimiento comercial ligado a la fabricación y venta de acumuladores.
En medio de la conmoción que provoca una experiencia de estas características, nos relató como transcurren para la familia los días después de la tragedia.
La mañana del martes, Alejandra y Olivia salieron, como lo hacen habitualmente, alrededor de las 8 horas del edificio, la pequeña al Jardín y su madre al Centro de Salud en el que trabaja. Gonzalo, su esposo que es inspector de soldaduras petroleras se encontraba por cuestiones laborales en Bahía Blanca.
Una hora más tarde aproximadamente tomaba conocimiento de lo ocurrido en la zona donde habitan, mientras se dirigía al lugar, a través de las radios iba obteniendo detalles de lo que acontecía, aunque hasta ese momento no tenía precisiones. Al llegar, no pudo acceder. Situación que se mantiene inamovible por el riesgo de derrumbe que aún persiste y las tareas que se llevan adelante, entre ellas la búsqueda de personas que permanecen desaparecidas.
Su departamento, el que alquilan desde hace tres años, da la calle y está ubicado en la parte superior del sector donde se habría producido la explosión y se lo puede observar en las imágenes; ella misma nos relató que al acercar las fotografías mediante zoom puede observar el sillón y otros elementos de su propiedad.
Se quedaron solamente con lo puesto. Los dos vehículos que poseen, no sufrieron daños ya que a ambos los tenían en uso.
Las primeras horas se alojaron en la casa de la hermana, luego y lo hacen actualmente, en la de sus padres.
Alejandra contó a Distrito Interior además, que se encuentra sorprendida por la solidaridad experimentada por parte de la gente en general, inclusive de aquellas personas que ni siquiera conoce. Desde llamados telefónicos, muchos de los cuales son desde General Villegas, donde tiene amigos, hasta ofrecimientos de casas. Nunca hubiera imaginado tanto, aseguró. El jardín al que concurre su hija juntó distintos elementos, al igual que sus compañeros de trabajo.
Un dato que produce escalofrío es que la semana pasada la niña había contraído gripe, por lo tanto, la mayoría de los días permanecieron en el interior del departamento, incluso por las mañanas. El dato surge de la pregunta sobre la rutina diaria que la familia realiza.
Sin haber podido acceder hasta lo que quedó del lugar que fue hasta el momento de la tragedia, se consuela y destaca una frase: «nos quedamos con lo puesto, pero conservamos lo más importante; la vida».