En Clarín: Gabriel Scott, el hombre que con su hemiplejia impulsó el taekwondo adaptado y fue campeón mundial
Abrazó al deporte desde chico, al convivir con una parálisis parcial de su lado derecho, y logró que el arte marcial se adecue para gente con discapacidades.
Gabriel Scott convive con una hemiplejia que le paralizó parcialmente el lado derecho de su cuerpo y que le ha afectado su capacidad mental. Su familia buscó darle la mejor vida posible: lo acompañó en sus trabajos terapéuticos y recreativos y le instaló un gimnasio en su humilde casa de Bunge, General Villegas. Pero un día Gabriel se cansó de esperar una mejoría y no quiso probar más.
Cuando conoció el taekwondo, su vida se modificó para siempre. Y casi treinta años más tarde, se consagró campeón mundial de taekwondo adaptado en formas, durante la Copa Mundial organizada en Tecnópolis. Justo él, que había sido el impulsor de los cambios para que atletas con discapacidades pudieran abrazar ese deporte.
La historia que une a Scott con el taekwondo surgió cuando tenía 15 años. Entrenadores viajaron a General Villegas para difundir el arte marcial y dieron una clínica a la que Gaby asistió. Tanto la disfrutó que cuando se fueron del pueblo, la familia Scott encontró la manera de seguir llevando al niño a clases, puesto que los resultados eran notorios.
Eduardo Scott, con sus medallas en taekwondo adaptado.
La elongación, la independencia y el trabajo mental que el taekwondo motivó cambios en la vida de Gabriel, que pudo salir adelante y hoy trabaja por su cuenta. «La rehabilitación que necesitaba era esto, porque el deporte lo sacó del letargo«, afirma María, su mamá.
Gabriel competía ante rivales sin discapacidad alguna. Y si bien no de casualidad Scott es quinto Dan, hasta hace algunos años no había surgido una adaptación del taekwondo para aquellas personas que sufrían alguna disfunción física o mental.
En 2008, fue invitado a integrar una delegación argentina que viajó a Corea del Sur a competir en el Asian Open and Tradition Taekwondo Festival. Allí su vida, y el taekwondo en sí mismo, cambiaron para siempre.
Gabriel enfrentó rivales de primer nivel en Corea. Ante nada menos que el campeón mundial de taekwondo convencional, Scott tuvo una actuación destacada y si bien perdió en la lucha, lo venció en formas mientras de las tribunas bajaba su nombre, coreado por miles de asiáticos que se rendían a sus pies.
Gabriel Scott, con sus medallas en Clarín.
La prensa coreana lo amó y las notas periodísticas sobre él se multiplicaron en el país de Oriente. Su entrenador, Gabriel Cova, describió a Scott como «un desconocido en Argentina que se hizo príncipe en Corea», en una carta que escribió años después.
Justamente este hecho llevó a la Federación Internacional de Taekwondo (ITF, no olímpica) a implementar una modalidad de competencia adaptada. Diez años después, el hombre que dio el puntapié inicial para que se fundara el deporte se consagró campeón mundial. El final de un camino recorrido.
Scott se había alejado de la competencia, pero la realización del Mundial de la ITF en Argentina lo trajo de vuelta en 2018. «Cova me dijo que me entrenara para competir», afirma. Lo acompañaron María, su sobrina Majo y un bolso lleno de medallas y fotos.
El taekwondo fue el motor del cambio en la vida de Gabriel Scott.
Majo siente una inmensa admiración hacia el espíritu de superación de su tío. «Nadie pela papas más rápido qué él y eso que debe hacerlo con una mano diezmada. No sé cómo hace, pero se las arregla para todo», comenta.
María es quien, en silencio, más ha disfrutado del giro en la vida de su hijo.»Para mí el taekwondo es lo mejor, porque es su pasión. Yo lo veía desarrollarse, hacer cosas que antes no podía hacer y como madre no pude oponerme a darle libertades», explica conmovida.
Y agrega: «Yo tuve un tumor y no podía ni caminar. Sólo podía mover el cuello, pero verlo a Gabriel me motivó a esforzarme en la rehabilitación. Por eso siempre digo: sí se puede«.
Gabriel Scott es callado y sus respuestas son cortas, salvo cuando se trata del arte marcial que ama y practica. «Cuando mejor me expreso, es cuando practico taekwondo«, dice quien es profesor en el Club Social de Bunge.
«El taekwondo es lo mejor y lo más grande que tengo», añade el hombre que es fundador y campeón mundial de la modalidad adaptada. Pero, sobre todo, una fuente de inspiración para todo aquel que se sienta a escuchar su historia.